El hongo de la muerte está más cerca de tener un potencial antídoto

Un equipo de científicos podría haber encontrado por fin un potencial antídoto para el veneno de uno de los hongos más infames del mundo: la Amanita phalloides, conocida precisamente como el hongo de la muerte, la oronja mortal o la cicuta verde. En un nuevo estudio, los investigadores han logrado neutralizar sus efectos en ratones con ayuda de un tinte médico natural bastante común.

De hecho, el haber usado ese tinte es parte del encanto de la solución, porque se trata de un producto ya aprobado para uso médico, lo que facilita mucho las cosas de cara a su eventual comercialización para salvar vidas además de teñir tejido vivo.

Lo de salvar vidas no es ninguna exageración. Solo en China, donde las setas forman una parte sustancial de la dieta, se han contabilizado más de 30.000 casos de intoxicación por hongos en los últimos 10 años. En Estados Unidos las llamadas al servicio de toxicología por ingestión de esta variedad de hongo se cuentan por miles cada año. La Amanita phalloides es una protagonista importante en este tipo de emergencias médicas. De hecho, se estima que el 90% de las muertes por ingestión de setas tóxicas se deben al hongo de la muerte, que se ha ganado su nombre a pulso. Gran parte del problema es que la especie, además, tiene un aspecto muy común que a menudo es confundido con otros hongos que sí son comestibles.

Ahora, un equipo de científicos en China se ha centrado en la alfa-amanitina, la toxina principal del hongo. A pesar de su reputación letal, la ciencia aún no sabe exactamente por qué este compuesto es tan letal para los seres humanos. Por ello, los investigadores se han valido de la técnica de edición genética CRISPR para tratar de aislar los compuestos químicos que hacen de la alfa-amanitina tan mortal.

Su búsqueda ha terminado dando con una proteína llamada STT3B. Una vez aislada, buscaron compuestos que fueran capaces de interferir con esa proteína y encontraron la indocianina verde (ICG por sus siglas en inglés), una tinción fluorescente que brilla bajo la luz infrarroja y que se emplea para la identificación de estructuras en múltiples procedimientos médicos desde cirugías gástricas a detección temprana de tumores. Para probar su hipótesis, probaron a administrar el tinte a células hepáticas (el hígado es el principal órgano afectado por el veneno de la Amanita phalloides) y a ratones a los que previamente habían aplicado la toxina. La tinción demostró capacidad para neutralizar el veneno y aumentó la supervivencia de los ratones intoxicados hasta un 50% (sin ningún tratamiento, solo sobrevive el 30% de los roedores). Los resultados del estudio acaban de publicarse en la revista Nature Communications.

“La molécula tiene un potencial enorme para tratar las intoxicaciones por hongos y podría convertirse en el primer antídoto que apunta a una prote´ñina concreta”, explicó a AFP Qiaoping Wang, investigador de la Universidad Sun Yatsen en China, y principal autor del estudio.

El hallazgo aún debe ser confirmado por otros laboratorios, pero la disponibilidad de la indocianina verde como tinte médico debería hacer las cosas más fáciles a la hora de convertirla en un antídoto para la Amanita phalloides. Los investigadores planean comenzar con los ensayos clínicos en humanos en breve.