El cuarto ciclo de conversaciones se hará en Venezuela entre el 14 de agosto y el 4 de septiembre, para evaluar el cumplimiento de los acuerdos firmados.
El Gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) acordaron este viernes en La Habana, un cese al fuego bilateral, nacional y temporal, como parte de los «Acuerdos de Cuba» que fueron alcanzados durante el tercer ciclo de conversaciones efectuadas en la Mesa de Diálogos de Paz que ambas partes retomaron desde noviembre de 2022.
El acto de clausura del tercer ciclo estuvo encabezado por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, el primer comandante de la guerrilla, Antonio García, en compañía del jefe de Estado cubano, Miguel Diáz-Canel, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, su par colombiano, Álvaro Leyva; entre otras autoridades, miembros de las delegaciones, y representantes de países garantes y acompañantes.
El acuerdo, que pone fin al fuego cruzado, las hostilidades y las acciones ofensivas entre la Fuerza Armada colombiana y los comandos guerrilleros, fue firmado por el jefe de la comitiva del gobierno colombiano, José Otty Patiño Hormaza; y el segundo comandante del grupo insurgente y jefe de la delegación del ELN, Pablo Beltrán.
El canciller cubano dio lectura de los acuerdos firmados en La Habana y anunció que el cuarto ciclo de conversaciones se realizará en Venezuela, entre el 14 de agosto y el 4 de septiembre, donde las partes harán un balance sobre el cumplimiento de lo que han pactado.
Rodríguez, al leer la declaración del pacto de La Habana, comentó que las partes «han decidido dar inmediato cumplimento a los Acuerdos de Cuba». Además, a partir de esta fecha, la Mesa de Diálogo de Paz «entra en una actividad permanente que conjuga distintas modalidades de trabajo, en diversos escenarios y tiempos, manteniéndose los ciclos de conversaciones».
En total, las delegaciones suscribieron dos pactos en Cuba: El primero relacionado con «el proceso de participación de la sociedad en la construcción de la paz»; y el segundo, sobre «el cese al fuego bilateral, nacional y temporal».
Proceso de alistamiento del cese al fuego bilateral nacional y temporal
Con respecto a la entrada en vigencia del cese al fuego, el canciller Rodríguez detalló que el acuerdo establece tres momentos para su aplicación.
«Con el anuncio del presente acuerdo las partes dan inicio al proceso de alistamiento del cese al fuego bilateral. Del 9 de junio al 5 de julio de 2023, se surte un proceso de alistamiento de la sociedad colombiana que incluye, entre otros, la activación de un canal de comunicación entre las partes, a través del representante especial del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas en Colombia», Carlos Ruiz Massieu, comentó.
En ese periodo también se efectuará la redacción de protocolos pendientes, el inicio de las actividades de pedagogía y la preparación para la puesta en marcha del mecanismo de monitoreo y verificación.
Las órdenes de ceses de operaciones ofensivas por las partes se harán vigentes el 6 de julio de 2023. Luego, el 10 de julio, se hará una reunión plenaria y presencial de la Mesa de Diálogos de Paz para aprobar los protocolos elaborados. Durante ese periodo se continuarán desarrollando las actividades de pedagogía.
A partir del 3 de agosto se iniciará la implementación plena del proceso de alistamiento del cese al fuego bilateral nacional y temporal, que se efectuará «con la aplicación en su totalidad de los protocolos y el completo funcionamiento del mecanismo de monitoreo y verificación en todas sus instancias».
Desde esa misma fecha, las partes empiezan a contar los 180 días (seis meses) que tendrá vigencia el periodo efectivo del cese al fuego bilateral nacional y temporal, «el cual tendrá vocación de continuidad, previa evaluación de las partes».
Petro da una fecha para el fin de la guerra entre el Estado y el ELN
Tras concretarse la firma del documento de La Habana, el presidente Petro agradeció a Cuba por «su hospitalidad» y por acompañar durante décadas las acciones a favor de la paz de Colombia. Además, dijo que la firma de este acuerdo es un paso importante para «cambiar la historia» del país y comenzar a construir «la paz como una esperanza» y con el compromiso del cambio «como una bandera» para estar «del lado de la vida».
En ese sentido, señaló que los comandantes del ELN, al firmar «estos acuerdos progresivos, se están colocando en unas circunstancias muy diferentes a cuando se firmaron los acuerdos del 84 o del 89 con otras formaciones insurgentes», porque en aquel momento «murió un mundo, la guerra fría» y, ahora, «aquí nace un nuevo mundo» y el fin de una fase: «la insurgencia armada de América Latina, con sus mitos y realidades, de la que hicimos parte todos».
«América Latina se transforma de otra manera junto con la humanidad. No podemos ya tener esquemas en la cabeza, nostalgias, que nos pueden amarrar quizás hacia nuevas esclavitudes, hay que dejar fluir el cerebro y el corazón hacia un nuevo cambio que la humanidad necesita para poder vivir en el planeta. Nos estamos inscribiendo en la vanguardia», agregó el mandatario.
Petro indicó que con la firma de estos acuerdos de cese al fuego, que llevan al ELN «a un punto que nunca habían experimentado en los diálogos», resulta transversal para la paz de Colombia, porque además el proceso de tregua «sigue con una promesa»: que para el 25 mayo de 2025 «cese definitivamente la guerra de décadas entre el ELN y el Estado de Colombia».
Para lograr que esa promesa se cumpla, dijo Petro, los integrantes del ELN deben «proteger el corazón» y cubrirse de amor para dejar atrás «la violencia y de la soledad perpetua» que por años se expandió por el país, y que incluso se propagó desde el mismo Estado colombiano y las altas esferas de poder que gobernaron, al pactar con la ultraderecha paramilitar que estuvo altamente influenciada por el discurso nazi, como lo confesó uno de sus jefes, Salvatore Mancuso.
A favor de un Acuerdo Nacional
Para que ese cambio político se haga efectivo y se logre la paz, el mandatario comentó que está de acuerdo con la propuesta del ELN de lograr un Acuerdo Nacional que establezca un nuevo modelo para el país, como su Gobierno lo adelanta a partir de varias reformas económicas y sociales.
«No nos hemos podido construir como una nación. Una nación no se puede hacer sin un pacto, sin un contrato social, la paz necesita ese pacto, a partir de la justicia como una base mínima de acuerdo. Ustedes proponen un acuerdo nacional, yo estoy de acuerdo, pero la sociedad colombiana tiene que debatirlo y participar», comentó Petro.
Ese pacto nacional, indicó el presidente colombiano, debe velar además de la paz, la justicia y la lucha contra la impunidad, por la estabilidad laboral, la dignidad del trabajador, que la tierra sea accesible al campesinado, que los derechos de la población sean garantizados, que cuando un joven salga a protestar no lo encarcelen y que al mismo tiempo respete también la labor del joven uniformado que sale a cumplir con su labor.
El mandatario recordó que «el primer Gran Acuerdo Nacional» en Colombia fue la Asamblea Nacional Constituyente de 1991″, un proceso que, resaltó, quedó incompleto porque fue afectado por la «gran oleada de genocidio» que el mismo Estado y el poder político ejecutó contra su pueblo, «asesinando su gente en masa».
Antes de la firma de esta importante tregua que busca desescalar la violencia que se ha extendido por más de medio siglo en el territorio colombiano, el presidente Petro —quien por primera vez acompaña el cierre formal de un ciclo de conversaciones—que la firma de este documento sería «muy importante para la historia de Colombia» porque «puede significar el comienzo sin retroceso de una era de paz» para su país.
El tercer ciclo de las rondas de diálogos comenzó el pasado 2 de mayo y debía terminar a finales de ese mes. Sin embargo, se alargó hasta este viernes 9 de junio luego que las partes acordaran dos prórrogas para finiquitar detalles en temas claves como la participación de la sociedad en el proceso de construcción de paz, el cese al fuego bilateral y las acciones y dinámicas humanitarias a ejecutar.
ELN: «Que el corazón de este proceso de paz sea la participación de la sociedad»
El primer comandante del ELN, Antonio García, destacó en su intervención que la rebeldía del grupo guerrillero solo busca hacer justicia a las voces de los que históricamente han sido excluidos y marginados, «los pobres y los desposeídos», que son la gran mayoría de la sociedad colombiana.
En tal sentido, indicó que la voz de la guerrilla radica en la defensa y lucha de los derechos del pueblo; y que el corazón del proceso de paz, está en la participación activa de esa sociedad olvidada, que desea expresarse y anhela que su mandato sea recogido por un verdadero cambio que abra «el camino a una Colombia distinta» que le devuelva «la dignidad al pueblo colombiano».
«El ser rebelde quiere decir que el ELN es una parte de la sociedad colombiana, no somos tres o cuatro personas, nosotros somos parte de la sociedad que recibió una misión, hacer escuchar la voz de la sociedad excluida, perseguida, olvidada y marginada», resaltó García, quien dijo que de momento, aunque las partes no han alcanzado «acuerdos sustanciales sino de procedimientos» están dando los pasos para lograrlos.
El líder guerrillero instó a Petro a escuchar las expectativas de cambio que desde hace años expresan los colombianos, los mismos que tienen la esperanza de que esas transformaciones se hagan realidad en un Acuerdo Nacional que «recoja la diversidad de Colombia» a través del «diálogo, el debate y propuestas constructivas». «Que el corazón de este proceso de paz sea la participación de la sociedad», precisó.
«Este proceso de paz tiene que ser distinto, queremos ver realmente los cambios, la voz del ELN será la voz de la sociedad. No serán acuerdos entre el Gobierno y el ELN, serán acuerdos construidos por la participación de toda la sociedad«, agregó García, quien resaltó que precisamente el cese al fuego es un elemento del proceso que será creciente en la medida que la misma población se vaya expresando y encontrando el camino a la paz.
«Colombia cambia si todos cambiamos»
Por su parte, el segundo comandante del ELN, Pablo Beltrán, resaltó que este primer cese bilateral qu ejecuta formalmente la guerrilla con el Gobierno en 60 años de conflicto, pretende que el país asuma una transformación estructural bajo la premisa «Colombia cambia si todos cambiamos».
Sobre esto, destacó que el presidente Petro dijo con anterioridad que su Gobierno no iba a perseguir a nadie, lo que calificó como un cambio importante en el modelo político, porque Colombia dejaría de ser un Estado represor y un régimen que persigue, lo que a su vez implica que las motivaciones para que el ELN asumiera la rebeldía, también se transformen.
«Con un cambio de régimen no hay necesidad de rebelión, y con canales democráticos y respeto a la protesta social, que no se le dé trato de guerra como en gobiernos anteriores, es más fácil lograr otros tipos de cambio», dijo Beltrán, quien resaltó que la búsqueda de paz que hay actualmente en Colombia, «es una luz de esperanza» para resolver el conflicto por la vía política.
Beltrán destacó que el diálogo que protagonizan tiene como principal interés que los acuerdos, que están en el papel, puedan ponerse en el terreno y sean acompañados «por el conjunto de la sociedad».
«Nuestra aspiración es a que el ELN cambie, pero que el conjunto de las fuerza políticas y sociales cambien también, porque nada haríamos con que solamente el ELN cambie, eso no va a traer transformaciones para la paz, se requiere que todos cambiemos, no solo el ELN», agregó el jefe de la delegación insurgente. RT en español