Una poderosa coalición de pandillas ha desatado una nueva serie de ataques en Puerto Príncipe, la capital de Haití, creando un escenario de caos y desplazando a decenas de familias. Estos enfrentamientos, que iniciaron el martes por la noche, se han concentrado principalmente en zonas clave de la ciudad, incluidas áreas cercanas al emblemático Hotel Oloffson, un referente cultural que alguna vez fue un punto de atracción para celebridades internacionales en las décadas de 1970 y 1980.
Las agresiones lideradas por la coalición de pandillas Viv Ansanm han dejado a la población en un estado de pánico generalizado. Las autoridades se vieron obligadas a evacuar a los estudiantes de una escuela católica en el sector oeste de la ciudad, mientras los disparos resonaban en las calles circundantes.
En las plataformas sociales, empezaron una circular llamados urgentes para asistir a un grupo de sacerdotes atrapados dentro de una iglesia en el barrio de Carrefour-Feuilles, una de las zonas más devastadas por la violencia. Los testimonios de los residentes apuntan a un caos total, con muchas familias huyendo a pie en busca de refugio en zonas más tranquilas.
La policía haitiana ha prometido contener a los pandilleros y restaurar el orden en las zonas afectadas. Sin embargo, la capacidad de las fuerzas de seguridad para enfrentar la creciente violencia de las pandillas sigue siendo limitada, en un contexto de inestabilidad política y económica.
El país vive una crisis de seguridad sin parangón, con pandillas que controlan vastas áreas de la capital y operan sin restricciones. Viv Ansanm, cuyo nombre se traduce como «Vivir Juntos», ha encabezado una serie de ataques coordinados en los últimos meses, empeorando aún más la ya crítica situación de Haití.
El Hotel Oloffson, epicentro de los recientes conflictos, representa un símbolo de la rica historia cultural de Haití. Durante las décadas de 1970 y 1980, este lugar fue un refugio para celebridades internacionales, escritores y artistas, como Mick Jagger y Graham Greene. Hoy, se encuentra en medio de una zona de conflicto, lo que refleja el grave deterioro de la seguridad en el país.
Mientras la violencia sigue su curso, las redes sociales se han convertido en un espacio vital para solicitar ayuda y documentar la crisis. Los haitianos, tanto en el país como en el extranjero, han expresado su solidaridad con las víctimas y han exigido una respuesta más decidida por parte de las autoridades y de la comunidad internacional.
Organizaciones humanitarias han alertado sobre el impacto devastador de la violencia en la población civil, en particular en niños, mujeres y ancianos, quienes son los más vulnerables en medio del caos.
Los ataques de las pandillas en Puerto Príncipe son un recordatorio de la grave crisis que enfrenta Haití, un país que ha luchado durante décadas con inestabilidad política, pobreza y violencia. Mientras las familias se refugian y las autoridades intentan restaurar el orden, la comunidad internacional observa con creciente preocupación, consciente de que la solución a esta crisis requiere no solo un enfoque de seguridad, sino también un compromiso firme con la reconstrucción y el desarrollo sostenible.