El amor hace transpirar. Es más, si esa sudoración es recíproca puede ser la primera señal científica de enamoramiento en una pareja. Y en sólo dos minutos podría detectarse.
Así lo planteó un estudio reciente, llevado adelante por académicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén (HU), Israel, y publicado en la revista Scientific Reports, sugiere que el tiempo real para que florezca el romance es de alrededor de 120 segundos. Amor a primera vista, literal.
Los científicos investigaron cómo el sudor de la piel y los movimientos físicos cambian cuando hombres y mujeres se encuentran durante citas rápidas y descubrieron que las parejas que estaban interesadas en el otro de forma romántica tenían tasas de sudoración de la piel similares -un indicador de estar biológicamente “en sintonía”- en los primeros dos minutos.
Las parejas interesadas también sincronizaron sus movimientos físicos a lo largo de la cita, como sonreír, asentir y mover brazos y piernas. “La conexión con una pareja depende de lo bien que podamos sincronizar nuestros cuerpos”, remarcó el autor del estudio, el doctor Shir Atzil, del Departamento de Psicología de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
“El estudio mostró que dentro de los dos minutos posteriores a la cita, la sincronía fisiológica predice el interés romántico”, completó el investigador.
El proceso de emparejamiento, conocido como selección de pareja, ha sido durante mucho tiempo un tema de internet científico. Las teorías evolutivas clásicas de la selección de pareja hacen hincapié en los rasgos inmediatos y “estáticos”, como la forma de la cara, el color del pelo y los indicadores de fertilidad, como las caderas anchas.
“Sin embargo, no explican cómo se desarrolla temporalmente la atracción inicial durante una interacción, ni dan cuenta de las adaptaciones fisiológicas o conductuales mutuas que tienen lugar cuando dos personas se sienten atraídas”, dicen los autores del estudio.
Para el estudio, los expertos reclutaron a 32 estudiantes universitarios heterosexuales -16 hombres y 16 mujeres- interesados en una relación romántica. El experimento se llevó a cabo en tres tandas experimentales de 16 citas, en las que un hombre y una mujer se encontraban durante cinco minutos. Se incluyeron en el análisis un total de 46 citas. Tras el encuentro, cada pareja reveló el interés romántico y la atracción sexual que sentía por el otro.
Mientras se encontraban y charlaban, se registró la actividad electrodérmica de los participantes mediante el uso de pulseras Empatica E4. La actividad electrodérmica se refiere a los cambios en la resistencia de la piel a una pequeña corriente eléctrica basada en la actividad de las glándulas sudoríparas. También se registraron movimientos de comportamiento, como asentir con la cabeza, mover un brazo o desplazar una pierna, en cada pareja durante las citas.
Los investigadores descubrieron que las citas exitosas -las que resultaron en un emparejamiento positivo- mostraban una actividad electrodérmica sincronizada en los dos primeros minutos. Mostrar los mismos movimientos de comportamiento a lo largo de los cinco minutos se asoció significativamente con el interés romántico mutuo.
Curiosamente, el grado de sincronía afectaba de forma diferente a los sentimientos románticos de hombres y mujeres. Aunque la sincronía predijo la atracción para ambos sexos, las mujeres se sintieron más atraídas sexualmente por los hombres que mostraban un alto nivel de sincronía. Estos varones “super sincronizadores” fueron calificados como muy deseables por las parejas femeninas.
“El estudio demostró claramente que cuando las parejas sincronizan su fisiología entre sí y adaptan sus movimientos de comportamiento a su pareja durante la cita, se sienten atraídos románticamente el uno por el otro. Nuestra investigación demuestra que la sincronía fisiológica y de comportamiento puede ser un mecanismo útil para atraer a una pareja romántica”, finalizó Atzil.
Para estudios futuros, el experto y sus colegas planean investigar si la sincronía genera sentimientos de atracción, o si los sentimientos de atracción hacen que nos sincronicemos.
Estudios anteriores ya habían demostrado que las parejas que están interesadas el uno en el otro están sincronizadas biológicamente. Investigadores de la Universidad de Leiden en los Países Bajos informaron el año pasado que la sudoración sincronizada y la frecuencia cardíaca son fuertes indicadores de una atracción romántica.
Sin embargo, no encontraron un vínculo significativo entre la atracción física y la copia del lenguaje corporal, ya sea sonriendo, riendo, contacto visual directo, asentimientos con la cabeza o gestos con las manos.