El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha anunciado la cancelación de cerca de dos mil visas vinculadas a personas asociadas con el régimen de Nicolás Maduro, como parte de una estrategia destinada a presionar al gobierno venezolano. Esta medida se suma a un paquete de sanciones económicas y políticas que buscan aislar a Maduro y sus aliados, a quienes se acusa de corrupción, narcoterrorismo y fraude electoral.
El inicio del tercer mandato de Maduro el pasado 10 de enero fue recibido con amplio rechazo internacional. Países como Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y gran parte de América Latina consideran ilegítimas las elecciones que le permitieron mantenerse en el poder. Las personas afectadas por estas sanciones incluyen funcionarios gubernamentales, empresarios y aliados políticos cercanos a Maduro, señalados de facilitar actividades ilícitas como narcotráfico y lavado de dinero.
Las restricciones migratorias y la cancelación de visas buscan limitar el movimiento internacional de estas figuras clave del régimen, dificultando su acceso a recursos y redes internacionales. Además, las sanciones económicas aplicadas por Estados Unidos han impactado sectores estratégicos de la economía venezolana, enviando un mensaje claro de rechazo al gobierno de Maduro mientras se intenta fomentar un cambio político en el país.
Estas acciones reflejan la postura firme de Estados Unidos y sus aliados frente a lo que consideran un régimen ilegítimo, en un esfuerzo por restaurar la democracia y el estado de derecho en Venezuela.