El Gobierno de EE.UU. ha rechazado este lunes los resultados de las elecciones regionales y municipales celebradas este 21 de noviembre en Venezuela, subrayando que no reflejaron «la voluntad del pueblo», pues el Gobierno venezolano habría distorsionado «enormemente el proceso». Caracas, en respuesta, celebró la derrota del imperialismo estadounidense a manos del pueblo venezolano.
Los resultados del segundo boletín del Consejo Nacional Electoral de Venezuela confirmaron el lunes que el chavismo arrasó en al menos 205 alcaldías de las 335 en disputa. Además, el oficialismo se ha impuesto en 18 de las 23 gobernaciones, mientras siguen sin definirse los resultados en los estados Apure y Barinas.
A través de un comunicado divulgado por el Departamento de Estado en voz de su secretario, Antony Blinken, la administración de Joe Biden sostuvo que el proceso comicial venezolano estuvo «limitado por los esfuerzos de Maduro para dividir y reprimir a los actores democráticos de Venezuela».
«El régimen de Maduro privó a los venezolanos, una vez más, de su derecho a participar en un proceso electoral libre y justo», dice parte de la misiva, en la que se asegura además que el mandatario habría estado «temeroso de la voz y el voto de los venezolanos», motivo por el que «distorsionó enormemente el proceso para determinar el resultado de esta elección mucho antes de que se emitieran las papeletas».
Según el Departamento de Estado, el evento comicial estuvo determinado por «las detenciones arbitrarias y el acoso a actores políticos y de la sociedad civil», así como por «la criminalización de las actividades de los partidos de oposición, la prohibición de candidatos en todo el espectro político, la manipulación de las listas de votantes, la censura persistente de los medios de comunicación y otras tácticas autoritarias».
Esto, según Washington, «casi» anuló «el pluralismo político y garantizó que las elecciones no reflejaran «la voluntad del pueblo venezolano».
En respuesta, el Ministerio de Exteriores de Venezuela rechazó enérgicamente «el pronunciamiento injerencista del Gobierno de EE.UU.»
«A medida que se han dado a conocer los resultados electorales, queda suficientemente claro que el gran perdedor es el imperialismo estadounidense y sus aliados en Venezuela, quienes sufrieron una contundente derrota por darle la espalda al pueblo, incitar la aplicación de medidas coercitivas ilegales contra toda la población y entregarse a intereses foráneos», indica el Gobierno en el comunicado.
Caracas subraya que más de 300 veedores internacionales supervisaron las elecciones, en las que participaron 87 fuerzas políticas diferentes, así como más de 67.000 candidatos de la oposición.
Por ello describe como «el colmo del cinismo» que un país donde «existe una democracia indirecta» que «somete al pueblo venezolano a un bloqueo generalizado» y que apoya a un «grupo de criminales que actualmente expolian los activos de la nación», quiera «tener la moral para cuestionar las elecciones».