Más de 7,000 aficionados que se infiltraron en la final de la Copa América el 14 de julio podrían enfrentar la deportación de Estados Unidos y Canadá. Las autoridades de Florida han identificado a estos individuos utilizando cámaras de seguridad biométricas ubicadas en el Hard Rock Stadium de Miami y sus alrededores.
Durante el partido entre Colombia y Argentina, una gran cantidad de aficionados, predominantemente colombianos, lograron ingresar al estadio sin entrada, lo que causó caos y puso en peligro la seguridad del evento.
En un balance preliminar, las autoridades reportaron la captura de 27 colombianos, entre ellos el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, quien estuvo involucrado en un altercado con el personal de seguridad del estadio.
Aunque las autoridades en Florida aún no han emitido un pronunciamiento oficial sobre el estado de las investigaciones, el periodista Javier Hernández Bonnet reveló que un funcionario de Miami le informó que cerca de 8,000 personas habían accedido al estadio sin boleto. Este tipo de incidentes se considera una amenaza para la seguridad nacional en Estados Unidos.
El reporte indica que, a pesar de no haber resultado en una tragedia, la entrada ilegal de estas personas ha generado preocupaciones sobre la efectividad de las medidas de seguridad del evento. Las autoridades de Florida han señalado que las imágenes de las cámaras biométricas serán cruciales para imponer sanciones ejemplares, que podrían incluir la pérdida de visas, deportación, y cargos criminales que conlleven multas o prisión.
Una revelación importante es que la mayoría de los aficionados colombianos identificados no viajaron desde Colombia exclusivamente para el partido, sino que son residentes legales en Estados Unidos y Canadá. Esto añade complejidad a las posibles sanciones, ya que cada caso será evaluado individualmente.