La fotografía de una boda celebrada en mayo ha circulado en México en las últimas horas. Son imágenes del lujoso banquete ofrecido por la unión de la hija de Juan Ramón Collado, uno de los abogados más importantes del país. Con el anfitrión partieron los intocables de México. Entre ellos, el ex presidente Enrique Peña Nieto; el líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps; el gobernador del estado de México, Alfredo del Mazo; el ex fiscal general Alberto Elías Beltrán y el ex candidato presidencial del PAN Diego Fernández de Cevallos. Muchos califican este evento como maldito. Algunos de sus asistentes han caído en desgracia recientemente. Collado está en prisión acusado de lavado de dinero. Del Mazo encontró 1,6 millones de dólares escondidos en Andorra. Otros son investigados por deudas con el tesoro. El mal carácter de la boda se ve reforzado por el colapso de otro de sus asistentes, Eduardo Medina Mora, el ministro que renunció a la Corte Suprema de Justicia después de ser investigado por el Fiscal por presunto lavado de dinero.
La renuncia del ministro le da al Gobierno una nueva oportunidad para aumentar su influencia en el poder judicial, donde la Administración del Movimiento Nacional de Regeneración (Morena) está construyendo una mayoría.
Medina Mora presentó su renuncia al presidente Andrés Manuel López Obrador el jueves por la tarde. La breve carta de tres párrafos, que será analizada por el Senado el martes, no indica ningún motivo para dejar un puesto que finalizó en 2030. La Constitución establece que la renuncia de los ministros a la Corte Suprema solo se produce por motivos serios. López Obrador dijo el viernes por la mañana que la renuncia se debe a una investigación por parte del Fiscal de una serie de transferencias millonarias de "sospechosos" emitidas desde México a las cuentas bancarias del juez en los Estados Unidos y el Reino Unido, destinos donde estaba Medina Mora embajador de gobiernos anteriores.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del Ministerio de Finanzas descubrió hace unos meses que el juez había comprado acciones de compañías que no eran transparentes en sus declaraciones de capital. "Considero que el ministro quiere atender las quejas presentadas, no sé si una, dos, cuántas han sido presentadas", dijo López Obrador en el estado de Puebla esta mañana. La UIF ha considerado esta mañana que presentó las quejas a la Oficina del Fiscal a fines de julio.
La renuncia de Medina Mora ha abierto una crisis en el tribunal constitucional. La Corte no experimentó un escándalo de tal magnitud desde diciembre de 1988, cuando el Ministro Ernesto Díaz Infante fue destituido de su cargo, sospechoso de recibir un soborno de $ 500,000 para presionar a dos magistrados del circuito a liberar a un empresario acusado de violar y asesinar a un niño. menores de seis años Ese tribunal sufriría una profunda transformación seis años después, cuando el presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) lo reformó para reducir el número de miembros de 26 a 11.
La reforma judicial de 1994 estableció las reglas para la renuncia de un ministro, que hoy debe pasar por los órganos que lo eligieron, la presidencia y la cámara alta. Esa reforma también buscó dar autonomía al liderazgo judicial del omnipotente poder ejecutivo del antiguo PRI, una independencia que ha sido cuestionada con nombramientos como Medina Mora, propuesta en 2015 por su amigo, el presidente Peña Nieto, del PRI.
La primera renuncia de un ministro en la era moderna de la Corte coloca al Gobierno de López Obrador en una posición ventajosa. El Ejecutivo le sugerirá al Senado un tercer juez constitucional en menos de un año. En diciembre de 2018, la mayoría legislativa del partido López Obrador respaldó la elección de Juan Luis González Alcántara como ministro. En marzo, Yasmín Esquivel fue votado como magistrado a pesar de estar casado con un contratista y consultor del Gobierno de Morena.
La influencia de la llamada Cuarta Transformación en la Corte Suprema puede aumentar considerablemente con el nombramiento del alivio de Medina Mora, que tendrá que ser votado por dos tercios del Senado. A esto también se podría agregar la vacante que el juez José Fernando Franco dejará en diciembre de 2021, que concluye su mandato de 15 años. En 2024, en el ocaso del mandato de seis años de López Obrador, las comisiones de los jueces Luis María Aguilar y Arturo Zaldívar, ahora presidente de la Corte Suprema, llegarán a su fin. Es una regla no escrita que el Ejecutivo saliente negocia los dos últimos recursos judiciales con el ganador de las elecciones presidenciales.
"Es una posibilidad real que la Cuarta Transformación termine votando a seis miembros de la Corte", dice Javier Martín Reyes, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas. "No sería menor, podría convertirse en una coalición de 50% + 1", dice el profesor, quien agrega el voto del ministro Zaldívar, un progresista que ha acordado con el Ejecutivo de Morena sobre temas como la lucha contra la corrupción y la reducción de privilegios
El experto en asuntos judiciales considera que el eventual bloqueo dentro de la Corte tendría la fuerza necesaria para bloquear las declaraciones de invalidez de alguna norma o para frenar las acciones de inconstitucionalidad promovidas por terceros. "Para eso se necesitan cuatro ministros similares de los once", agrega Reyes. El Gobierno de Morena está en camino de replicar en el poder judicial la mayoría que tiene en el Legislativo. Los contrapesos institucionales podrían recibir un nuevo golpe en los tiempos de la Cuarta Transformación.