Este miércoles se mostraron los últimos resultados del nuevo fármaco contra el Alzheimer con la capacidad de retrasar el deterioro cognitivo en pacientes. Fueron positivos, pero también se ha advertido sobre la posibilidad de tener efectos secundarios graves.
Hablamos del fármaco experimental lecanemab, cuyo esperado ensayo ha sido anunciado como un “momento histórico para la investigación de la demencia”, junto a un asterisco: la muerte de algunos participantes en la investigación ha despertado preocupaciones sobre el riesgo para algunas personas.
Cuentan los investigadores que lecanemab es un anticuerpo monoclonal que actúa eliminando activamente la beta-amiloide, que se acumula en el cerebro de las personas con Alzheimer. Durante un ensayo de 18 meses de casi 1.800 personas con alzhéimer temprano, descubrieron que el fármaco ralentizaba el deterioro cognitivo y funcional en un 27 por ciento. Para Susan Kohlhaas, directora de investigación de Alzheimer’s Research UK:
Esta es la primera vez que se demuestra que un medicamento reduce la enfermedad en el cerebro y retrasa el deterioro de la memoria en ensayos clínicos. Aunque los beneficios fueron pequeños y tuvieron efectos secundarios significativos, marca la llegada de un tratamiento que puede retrasar el curso de la enfermedad de Alzheimer. Con todo este entusiasmo, todavía hay muchas preguntas y desafíos que debemos abordar.
Entre los desafíos que apunta Kohlhaas y que contamos el martes, se encuentran una serie de muertes en los ensayos. Además, existen algunas preocupaciones sobre si el medicamento es seguro para algunos pacientes, especialmente aquellos que toman anticoagulantes.
Los documentos que han visto la luz muestran que dos personas en el ensayo murieron después de tomar el medicamento. Una mujer de 65 años murió a causa de una hemorragia cerebral masiva que algunos investigadores relacionan con lecanemab. El otro era un hombre de unos 80 años que estaba tomando un anticoagulante para una afección cardíaca. Junto a los fallecimientos, los datos muestran que seis pacientes tratados con lecanemab sufrieron accidentes cerebrovasculares.
Mientras, Biogen y Eisai, la compañía detrás del fármaco, afirma que ninguna de las muertes estuvo directamente relacionada con el tratamiento y que el número de muertes en el grupo de placebo y en el grupo tratado con lecanemab fue similar.
Sea como fuere, las muertes potencialmente relacionadas indican que se necesitará estudiar más el fármaco, y que podría afectara largo plazo sobre las decisiones para recetarlo y que los reguladores lo aprueben en primer lugar.