El pasado, pasado está. Esa es la norma que Draymond Green pretende poner en práctica respecto al altercado que tuvo con Jordan Poole, a quien propinó un puñetazo durante un entrenamiento. Aunque no han pasado ni 10 días desde tal conflicto, el ala-pívot se ha reincorporado a los entrenamientos queriendo centrarse en mirar lo que tienen por delante; es decir, sin perder tiempo alguno en algo por lo que ya se disculpó.
«Tuvimos conversaciones sobre lo que debemos hacer para avanzar, y lo haremos. No vamos a seguir aferrándonos al pasado», expresa a los medios tras su primer entrenamiento tras una semana alejada del equipo.
Lo cierto es que los Warriors han debido lidiar con una situación muy complicada. La filtración del vídeo de la agresión de Green les llevó a valorar diferentes escenarios de presente y futuro, para acabar decidiendo multar al ganador de cuatro anillos, pero no suspenderlo. Steve Kerr ha admitido que es el problema más complejo que ha debido afrontar como entrenador de Golden State. Para Green ahora se trata simplemente de hacer lo que saben: jugar al baloncesto.
«Jordan es un profesional y yo soy un profesional. Tenemos un trabajo que hacer… y vamos a hacer precisamente eso. En cuanto a la relación personal, no estoy seguro. Eso no depende de mí, ni creo que tenga mucha relevancia. Nos pagan para hacer un trabajo y lo vamos a hacer lo mejor posible según nuestras capacidades», explica.
Aunque Draymond se muestre seguro respecto a los pasos a seguir dando, de igual modo admite que mantener un alto nivel de compañerismo es muy importante, ya que es algo que marca la diferencia entre los equipos.
«Se trata de asegurarnos de que la camaradería de nuestro equipo sea la correcta. Puedes notar cuando estás jugando contra un equipo y tienen una buena camaradería… si no, se pueden romper fácilmente. Si tienes eso, puedes superar cualquier cosa. La nuestra no es de las que se altera fácilmente», sentencia.