Los estudios observacionales encuentran consistentemente que la felicidad, la satisfacción con la vida y otras facetas del bienestar se correlacionan positivamente con la riqueza y los ingresos. Sin embargo, si bien tener un golpe de suerte en lo económico sin dudas puede cambiar la vida de las personas, al parecer el efecto es diferente en hombre que en mujeres, según un reciente estudio.
Investigadores de la Universidad de Nueva York, la Escuela de Economía de Estocolmo y la Universidad de Barcelona intentaron probar una teoría económica que otros economistas habían luchado por verificar durante décadas.
Los economistas aseguraron durante mucho tiempo que desde su campo podría explicarse gran parte de las dinámicas de la vida familiar, incluido el matrimonio, el divorcio y tener hijos. Sobre eso había indagado el estadounidense ganador del Premio Nobel Gary Becker hace unos 50 años.
Y ahora, el nuevo trabajo dio cuenta, no sólo de que efectivamente el dinero afecta de alguna manera el devenir de la vida de las personas, sino que también tiene efectos muy distintos entre hombres y mujeres.
Específicamente, los investigadores vieron que la riqueza repentina hace que los hombres, en promedio, tengan más probabilidades de casarse y tener hijos y menos probabilidades de divorciarse.
Pero con las mujeres, es diferente: en promedio, la riqueza repentina no afecta su probabilidad de casarse o tener hijos. Pero las hace mucho más propensas a divorciarse, según publicó la revista Fortune.
Hacerse de los datos necesarios para corroborar su hipótesis no fue sencillo. Los autores del trabajo tenían el desafío de identificar un gran número de personas que hayan experimentado shocks al alza en sus ingresos y luego recopilar datos no económicos sobre ellos durante años. Para resolverlo, basaron su estudio en el análisis de jugadores de lotería suecos.
“Estimamos los efectos de shocks de riqueza grandes y positivos sobre el matrimonio y la fecundidad en una muestra de jugadores de lotería suecos -precisaron los autores del trabajo en la publicación de sus conclusiones- . Para los hombres ganadores, la riqueza aumenta la formación del matrimonio y reduce el riesgo de divorcio, lo que sugiere que la riqueza aumenta el atractivo de los hombres como socios potenciales y actuales”.
Asimismo, observaron que “el único efecto perceptible en las mujeres ganadoras es que la riqueza aumenta su riesgo de divorcio a corto plazo (pero no a largo plazo)”. “Nuestros resultados para el divorcio son consistentes con un modelo donde el cónyuge más rico retiene la mayor parte de su riqueza en el divorcio -ampliaron-. Con esta suposición, mostramos que los acuerdos de divorcio en Suecia a menudo favorecen al cónyuge más rico”.
Sobre el estudio
Para el trabajo, los investigadores encuestaron una gran muestra de jugadores de lotería suecos (3.362) sobre su bienestar psicológico entre 5 y 22 años después de un gran evento de lotería y analizaron los datos siguiendo procedimientos registrados previamente.
En relación con los controles emparejados, los ganadores de grandes premios experimentaron aumentos sostenidos en la satisfacción general con la vida que persisten durante más de una década y no mostraron evidencia de disiparse con el tiempo. Los efectos estimados del tratamiento sobre la felicidad y la salud mental fueron significativamente menores.
Los premios que recibieron los participantes variaron de pequeños a grandes y, como en cualquier lotería, los ganadores se eligieron al azar, “replicando efectivamente las condiciones de un ensayo de control aleatorio”, según explicaron los autores. Luego crearon grandes muestras de ganadores y no ganadores de lotería a partir de fuentes disponibles públicamente y las fusionaron con datos gubernamentales, incluidos ingresos, matrimonios, divorcios y nacimientos.
Los resultados para los hombres fueron significativos: un hombre soltero que ganó un premio de lotería de alrededor de 96.000 dólares (casi 1 millón de coronas suecas) tenía un 30% más de probabilidades de casarse en los siguientes cinco años y, si estaba casado, tenía un 40% menos de probabilidades de divorciarse en los próximos 10 años. Casados o no, los hombres, en promedio, tendrían un 14% más de hijos en los siguientes 10 años.
Por el contrario, ganar la lotería afectó a las mujeres de una manera estadísticamente negativa: casi duplicó sus probabilidades a corto plazo de divorciarse. Los investigadores señalaron que debido a que el efecto era visible sólo en los años inmediatamente posteriores a haber obtenido el premio, una posible interpretación es que la riqueza aceleraba los divorcios que ya están en marcha.
Otro análisis que se desprende de la investigación es que los resultados ponen en duda la idea generalizada de que los adultos jóvenes posponen el matrimonio hasta que alcanzan la estabilidad financiera. “Si eso fuera cierto, las tasas de matrimonio de las mujeres de bajos ingresos aumentarían después de ganar la lotería, pero no es así”, vieron los autores.
Y acerca de que “la riqueza parece mejorar las perspectivas del mercado matrimonial de los hombres más que las mujeres, en promedio”, los investigadores analizaron que “eso se debe a que los hombres y las mujeres valoran diferentes criterios al elegir una pareja, señalan cuidadosamente”. “Los hallazgos encajarían con la literatura que indica que las mujeres valoran el potencial de ingresos, la inteligencia y el estatus social de las parejas potenciales más que los hombres”, señalaron algunos acerca del estudio, pero los investigadores no afirman que sus resultados prueben esto.