El polémico mensaje de Bukele se produjo la noche del domingo, en una aparente gesto irónico dirigido a la oposición, que la semana pasada protagonizó una multitudinaria protesta con tres consignas principales.
RT.-Como ya es costumbre, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, usó las redes sociales para levantar controversia y se definió en su perfil de Twitter como «dictador» de su país, luego de una semana de incesantes choques con la oposición y el poder Judicial por sus políticas económicas, políticas y judiciales.
En la cuenta de Twitter se lee: «Dictador de El Salvador«. Pero su descripción en esa red social no fue lo único que cambió, ya que el mandatario también modificó la foto de perfil, que ahora no lo muestra con el fotomontaje de ojos láser –que es símbolo de su respaldo al bitcóin–, sino aparentemente concentrado con su teléfono móvil.
El polémico mensaje de Bukele se produjo la noche del domingo, en una aparente gesto irónico dirigido a la oposición, que la semana pasada protagonizó una multitudinaria protesta con tres consignas principales: «Fuera dictadura», «No al bitcóin» y «No a las reformas constitucionales».
En esas manifestaciones masivas, que en su mayoría fueron pacíficas, también se registraron hechos de violencia contra el mobiliario público, como los ataques a los cajeros automáticos de bitcóin que han sido instalados en El Salvador, y del que son responsables varias empresas presuntamente vinculadas al entorno del mandatario. Bukele, por su parte, ha aprovechado para mostrar los destrozos, culpar a la oposición de los hechos vandálicos y resaltar que no ha ejercido represión, a pesar de que lo llaman «dictador».
La reciente entrada en vigor de una ley que autoriza la circulación del bitcóin como la segunda moneda de curso legal en El Salvador, sin que la mayoría de la población sepa cómo funciona; la aprobación de una reforma por parte de la Asamblea Legislativa –de mayoría oficialista– para cesar de sus cargos a los jueces mayores de 60 años; y la propuesta de una controvertida modificación constitucional que, entre otras cosas, prevé la reelección presidencial, han encendido las alarmas de la oposición política y la comunidad internacional por la presunta «deriva autoritaria» de Bukele.
En mayo de este mismo año, el mandatario había sido acusado de tratar de ejercer el poder absoluto, después de que la bancada del oficialismo, que tiene mayoría del Parlamento, destituyera a los cinco jueces de la Sala de lo Constitucional, una de las cuatro instancias que forman la Corte Suprema de Justicia, y resolviera relevar al fiscal general Raúl Melara, con quien Bukele mantenía un enfrentamiento.