Día Mundial de los Síndromes Mielodisplásicos (SMD)

Cada 25 de octubre se celebra el Día Mundial de los Síndromes Mielodisplásicos (SMD), una efeméride orientada a concienciar a la población mundial acerca de este tipo de trastorno que genera la producción de células sanguíneas anormales.

¿Qué son los síndromes mielodisplásicos?

Los Síndromes Mielodisplásicos (SMD) son un grupo de trastornos que se caracterizan por la incapacidad del organismo de producir suficientes células sanguíneas normales. Estas células son generadas por la médula ósea: glóbulos rojos (encargados de transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo), glóbulos blancos (ayudan a proteger el organismo contra infecciones) y plaquetas (intervienen en la coagulación de la sangre).

Estos trastornos no se transmiten por contacto con otras personas, por lo tanto no son contagiosos. Generalmente suele afectar a personas mayores de 50 o 60 años de edad; con mayor prevalencia en los hombres que en las mujeres.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) se establecen seis subtipos de SMD, tomando en cuenta la combinación de tipos de células sanguíneas a las que afecten: glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas. Se estima que el 30%de los casos de SMD pueden transformarse en Leucemia Mielocítica Aguda (LMA).

Los principales síntomas de los Síndromes Mielodisplásicos son los siguientes, los cuales deben ser evaluados mediante diagnóstico por parte de un médico especialista:

  • Sangrado.
  • Hematomas.
  • Pérdida de peso.
  • Fatiga.
  • Hemorragias por disminución del nivel de plaquetas.
  • Anemia por disminución de los glóbulos rojos.
  • Infecciones debido a un bajo recuento de glóbulos blancos.
  • Disminución de las defensas del organismo contra infecciones virales y bacterianas, tales como resfriados, neumonía, varicela zóster, Epstein-Barr o VIH/SIDA.

El tratamiento de los SMD dependerá de las comorbilidades asociadas y la edad de cada paciente, siendo algunas de las alternativas las siguientes:

  • Trasplante alogénico de médula ósea.
  • Transfusiones de sangre y plaquetas o antibióticos.
  • Quimioterapia.