Durante los meses estivales la subida de las temperaturas y el buen clima propician que pasemos más tiempo al aire libre, que incrementemos nuestra exposición solar y, con ella, generemos más cantidad de vitamina D.
Esta vitamina desarrolla una labor fundamental en la absorción de calcio, un elemento químico que participa en el fortalecimiento de nuestros huesos y en la prevención de la osteoporosis, una situación que aumenta el riesgo de sufrir fracturas.
Durante los meses de verano aumenta el ocio, dedicamos más tiempo al placer de la lectura y a realizar ejercicio físico (nadar, bucear, correr, senderismo…), lo cual potencia la oxigenación de la sangre, aumenta la sensación de bienestar, gracias a la producción de endorfinas, disminuyendo el estrés e incrementando la capacidad creativa.
Esta situación también se ve favorecida por el alejamiento de las tecnologías en el día a día. Y es que durante el verano prestamos menos atención al ordenador de trabajo y al teléfono móvil, reduciendo la cantidad de entradas visuales a las que nuestro cerebro está expuesto.
Suele ser habitual que, en verano, al hacer más calor, reduzcamos las comidas copiosas y pesadas, prefiriendo los alimentos frescos, las frutas, los cereales y los yogures, por lo que mejoramos notablemente nuestra alimentación.
Control de la psoriasis
La psoriasis es una enfermedad de la piel muy común. Se estima que afecta al 2-3%de la población de nuestro país. Básicamente consiste en una aceleración del ciclo vital de las células de la piel, de forma que las que se van muriendo se acumulan rápidamente en la superficie, en lugar de desprenderse de forma paulatina, como sucede en condiciones normales.
Las células acumuladas forman manchas de coloración rojiza y escamas que ocasionan grietas cutáneas, irritación y picor.
En términos generales, se puede decir que la psoriasis es una enfermedad crónica que cursa en brotes y que puede controlarse evitando el estrés, mejorando los hábitos saludables (abandonando tabaco y alcohol) y mediante la exposición a la radiación ultravioleta. Por ese motivo, durante los meses estivales las lesiones psoriásicas suelen mejorar notablemente.
Además, el agua del mar –rica en sales minerales- ejerce un efecto positivo sobre la piel, siempre y cuando después de cada jornada playera realicemos un aclarado de la piel con agua dulce.
Mejoría de la dermatitis atópica
Una de las dermatosis más frecuentes en estos momentos es la dermatitis atópica, una enfermedad que afecta en torno al 15% de la población española en las formas más severas.
Esta enfermedad se produce por una alteración de la barrera cutánea y se caracteriza por la presencia de descamaciones y erupciones ante determinados factores, como son los cambios bruscos de temperatura, la exposición a compuestos irritantes o productos químicos.
En general, durante los meses de verano, con la exposición solar y la humedad propia de los ambientes costeros se produce una mejoría de las lesiones; se puede decir que la humedad contrarresta la extremada sequedad de la piel atópica.
Si bien es cierto que aquellos pacientes con dermatitis atópica que se decantan por las piscinas en lugar de la playa pueden experimentar un empeoramiento debido a la exposición al agua clorada. Por ese motivo en este grupo de pacientes se recomienda ducharse con agua dulce después de cada baño y aplicar los productos cutáneos prescritos por el médico de cabecera y/o dermatólogo.
Repigmentación del vitíligo
El vitíligo es una enfermedad autoinmune que se manifiesta por la pérdida de melanina, la sustancia encargada de pigmentar la piel, de forma que aparecen zonas completamente blancas –desprotegidas-.
Esta enfermedad puede aparecer en cualquier momento de la vida, si bien es más frecuente que se diagnostique antes de la tercera década de la vida. A pesar de que no existe en este momento un tratamiento curativo, existen diferentes preparados cuyo objetivo es repigmentar las zonas sin melanina.
El verano es un aliado incondicional del tratamiento frente al vitíligo, ya que la radiación ultravioleta colorea los parches blancos de la piel.
Mejorando el líquen plano
Otra enfermedad autoinmune que tiene expresión dermatológica es el liquen plano, la cual se manifiesta con la aparición de protuberancias aplanadas de color rojo-violáceo repartidas en diferentes partes del cuerpo.
Generalmente las lesiones cursan con olor, ulceración, picor y pérdida de cuero cabelludo. El tratamiento para controlar la sintomatología e inflamación incluye inmunomoduladores, antihistamínicos… y fototerapia. Por esta razón, la exposición solar durante los meses de verano mejora la sintomatología del liquen plano.
Efecto seborregulador del sol
La radiación ultravioleta tiene un efecto seborregulador lo que permite explicar que durante los meses veraniegos se controlen las lesiones cutáneas provocadas por el acné, desde los granos hasta las pústulas pasando por los comedones o espinillas y los microquistes. Se ha demostrado que el yodo del agua del mar y las sales minerales ejercen un efecto antiinflamatorio sobre este tipo de lesiones.