Por Eduard Ribas i Admetlla |
Washington (EFE).- El presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, y el exmandatario republicano Donald Trump se enfrentan este jueves en el primer cara a cara televisado de las elecciones del 5 de noviembre y escribirán una nueva página en la larga historia de debates presidenciales del país norteamericano.
Pero tienen que aprender de aciertos y errores cometidos en los debates más memorables de las elecciones estadounidenses. Estas son algunas claves para sobrevivir a un cara a cara presidencial.
Kennedy-Nixon (1960): la importancia de la imagen
El demócrata John F. Kennedy llegó bronceado y relajado al primer debate televisado de la historia del país, mientras que el republicano Richard Nixon subestimó el poder de la pequeña pantalla, no quiso maquillarse y apareció sudado e incómodo.
Los que escucharon el debate por la radio dieron por ganador a Nixon, pero la audiencia de televisión fue seducida por la imagen impecable y el carisma de Kennedy, quien acabó ganando las elecciones por un estrecho margen.
Carter-Reagan (1980): conectar con la audiencia de un debate presidencial
El presidente demócrata Jimmy Carter aceptó debatir solo una vez con Ronald Reagan, pero perdió ante el republicano, que se mostró mucho más carismático y cercano a los telespectadores, con varias frases que se convertirían en eslóganes.
En un fallido intento de conectar con los votantes, Carter reveló una conversación que tuvo con su hija Amy, de 13 años, en la que esta le dijo que su mayor preocupación era el desarme nuclear. El mandatario fue ridiculizado y caricaturizado por dirigir la seguridad nacional en base a lo que le decía su hija menor de edad.
Reagan-Mondale (1984): dar la vuelta a las críticas
Con 73 años, Reagan era entonces el presidente de mayor edad de la historia del país, lejos de los 81 años de Biden o los 78 de Trump, y muchos cuestionaban su capacidad para seguir gobernando el país, pero en el segundo debate con Walter Mondale le dio la vuelta a las críticas con una broma que lo catapultó hacia la reelección.
Cuando el moderador le preguntó si tenía la resistencia necesaria para manejar una crisis de seguridad nacional, respondió irónico: “No haré que la edad sea un tema central en esta campaña. No voy a explotar con fines políticos la juventud e inexperiencia de mi oponente”.
Bush-Clinton (1992) y Gore-Bush (2000): vigilar el lenguaje no verbal
En 1992 se celebró el primer debate con preguntas del público, pero a esa cita se le recuerda porque las cámaras captaron al presidente George H. W. Bush mirando su reloj para ver la hora, reflejando que estaba incómodo por el desempeño más locuaz del demócrata Bill Clinton, quien se convertiría en presidente.
El lenguaje no verbal también jugó una mala pasada al vicepresidente demócrata Al Gore en el año 2000, puesto que en el primer debate suspiró varias veces mientras George W. Bush hablaba y en el tercero se acercó de forma intimidatoria al candidato republicano, provocando las burlas del público.
Obama-Romney (2012): ser viral en redes
El republicano Mitt Romney arremetió en 2012 contra el presidente Barack Obama por la reducción de barcos de la Armada respecto a 1917 y este respondió con sorna: “También tenemos menos caballos y bayonetas porque la naturaleza de nuestro Ejército ha cambiado. Tenemos cosas llamadas portaaviones, donde los aviones aterrizan, y barcos que se sumergen, llamados submarinos nucleares”.
La frase “caballos y bayonetas” se hizo viral, algo que buscarán también las campañas este año, conocedoras del poder de las redes sociales y los memes a la hora de amplificar meteduras de pata o los zascas verbales.
Trump-Biden (2020): no interrumpir
El jueves no será la primera vez que Trump y Biden debaten frente a las cámaras, puesto que ya tuvieron dos cara a cara en las elecciones de 2020, en medio de una campaña inusual por la pandemia de covid-19.
El primero de los debates es recordado por las constantes interrupciones de Trump a Biden, lo que agotó la paciencia del demócrata, quien le dijo al entonces presidente: “¿Quieres callarte, hombre?”.
Los equipos de ambos han acordado que durante el próximo debate solo esté encendido el micrófono del candidato que tenga el turno de palabra para evitar interrupciones.