El pasado noviembre de 2022, la humanidad superó el umbral de los ocho mil millones de individuos vivos. ¿Y qué ocurre con el aumento o disminución de la población de otros seres vivos? La realidad es que resulta mucho más complicado estimar la cantidad de individuos de otras especies. Nuestro conocimiento sobre poblaciones de animales salvajes se basa en censos con ciertos rangos de error; al fin y al cabo, no es posible hacer un seguimiento de todos y cada uno de los seres vivos que habitan la Tierra.
Es más sencillo realizar ese seguimiento cuando los animales se encuentran a nuestro cuidado. Aunque el valor fluctúa —los animales se reproducen y mueren—, la cantidad de individuos de especies domésticas es un valor relativamente bien conocido.
Los animales domésticos más numerosos
El mamífero doméstico más numeroso es la vaca (Las vacas se orientan al norte). En torno a 1 500 millones de vacas y toros pueblan el mundo. Le siguen de cerca el cerdo y la oveja—1 000 millones de cada—, y empatan después el perro y la cabra doméstica —900 millones de cada—. Sin duda son números muy grandes, pero muy por debajo de la gran población humana.
Solo hay un animal doméstico, un ave, que claramente supera en población, y con mucho margen, al ser humano: el pollo doméstico. Entre gallos y gallinas, se estima que hay casi 17 000 millones de individuos, más del doble que de personas.
Los vertebrados salvajes más numerosos
Como ya se ha mencionado, el cálculo es mucho más complicado entre los animales salvajes, pero, gracias a extrapolaciones realizadas a partir del conocimiento sobre la biomasa, el peso promedio de los individuos y su abundancia relativa, se pueden hacer inferencias relativamente rigurosas.
Entre las aves silvestres, se piensa que el más abundante es el quelea común (Quelea quelea), un pequeño pájaro africano con una población estimada superior a 1500 millones de individuos. Pero eso es menos del 10 % de la población mundial de pollos. El ave de corral sigue, por lo tanto, ostentando el récord.
Si observamos a los mamíferos silvestres más abundantes, dos grupos destacan sobre el resto: los roedores y los murciélagos, aunque con muchas especies de ambos.
Los roedores silvestres más numerosos son la rata común (Rattus rattus) y el ratón común (Mus musculus). Según estimaciones del equipo de investigación de Elad Noor, del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel, en el mundo hay entre 327 y 682 millones de ratas, y entre 579 y 1303 millones de ratones. Por encima, hay dos especies de murciélagos: el murciélago siricotero de Pallas (Glossophaga soricina), con una población máxima de 1560 millones de individuos, y el murciélago migratorio africano Eidolon helvum, del que se estima que hay hasta 1642 millones de ejemplares. El rango está, más o menos, al mismo nivel que el quelea común, y aún muy por debajo del pollo.
Pero estamos olvidando a los ratones y ratas de laboratorio. Aunque no suelen considerarse especies domésticas, son animales que se emplean con mucha frecuencia en el ámbito científico. El equipo de Noor estimó que la biomasa del ratón de laboratorio es casi 15 veces superior a la que encontramos en estado salvaje, y más de 7 veces para la rata. Con estas estimaciones, la población de rata de laboratorio se situaría en torno a los 3 600 millones, y la de ratón, en casi 19 300 millones. ¡Ganando a los pollos!
Pero aún existe un vertebrado más numeroso. Se trata del género Cyclothone, comúnmente conocido como pez luciérnaga. Un animal de no más de 8 centímetros de longitud, que habita los fondos labiales de todos los océanos del planeta. No se sabe muy bien cuántos individuos de cada una de las 13 especies vivas conocidas hay, pero la población total del género se estima en más de mil billones de ejemplares —un uno, seguido de 15 ceros—. Incluso suponiendo una distribución uniforme, significaría que cada especie de pez luciérnaga tendría en torno a 77 billones de individuos; así que, se distribuyan como se distribuyan, no hay duda de que la especie de vertebrado conocida más numerosa del mundo ha de ser una de las trece especies de pez luciérnaga.
La vida no son solo animales vertebrados
Por algún motivo, cuando hablamos de seres vivos, pensamos en primer lugar en animales, y de ellos, en vertebrados. Sin embargo, el grupo de animales con más biomasa son los insectos.
El grupo de insectos más numeroso es el de los escarabajos, pero presentan una gran diversidad de especies —casi medio millón—, y lo más probable es que la especie de insecto con un mayor número de individuos no sea un coleóptero. En cambio, las hormigas son mejores candidatas. Se conocen en torno a 10 000 especies, que forman colonias extraordinariamente numerosas, y se estima que el número de individuos está cerca de los mil billones. Pero dado el gran número de especies de hormigas, es poco probable que ninguna de ellas supere a la más numerosa de pez luciérnaga. Otros candidatos potenciales son los copépodos, crustáceos diminutos prácticamente ubicuos, pero, por el mismo motivo, probablemente tampoco superen al pez.
El ser vivo más abundante: una cianobacteria
Es bien sabido que la mayor parte de la biomasa de la tierra recae en los organismos fotosintéticos: plantas, algas y cianobacterias. Y aunque la mayor biomasa de las plantas suele estar relacionada con el gran tamaño de muchos de los organismos, puede llegar a sorprender el hecho de que hasta la mitad de la clorofila que existe en el planeta se encuentra en una sola especie de cianobacterias.
Se trata Prochlorococcus marinus, una bacteria fotosintética marina, descubierta en 1992, que se localiza en la zona iluminada de prácticamente toda la superficie tropical marina y oceánica del mundo. Un solo mililitro de agua marina superficial puede contener más de cien mil células. La población global de esta especie se estima en 3 000 cuatrillones (un tres, seguido de 27 ceros; un número equivalente a la cantidad de átomos de una tonelada de mercurio). Esta es la especie conocida más abundante del planeta y se estima que está detrás de entre el 13 % y el 48 % de la producción fotosintética global de oxígeno.