En el mundo existen en torno a 300 000 especies de plantas conocidas. Algunas con rasgos primitivos, como los musgos, hepáticas , equisetos y helechos, pero se estima que las más habituales, cerca de 270 000, son espermatófitas, —plantas con semillas—. Si hablamos de árboles prehistóricos, podemos remontarnos hasta el período Carbonífero, cuando el planeta estaba dominado por bosques de helechos y equisetos; más atrás en el tiempo, incluso hubo hongos con porte arbóreo, antes de que ninguna planta se alzara más de medio metro del suelo. Pero aquellos organismos ya se extinguieron, y casi todos los árboles que hoy existen son espermatófitas, excepción hecha por medio millar de especies de helechos arbóreos aproximadamente, que pertenecen al grupo de los Cyatheales.
La especie arbórea más antigua: ¿con o sin semillas?
Dado que actualmente hay dos grupos de plantas que presentan porte arbóreo: los helechos Cyatheales y las plantas con semilla, la especie arbórea más antigua debe pertenecer a uno de estos dos grupos.
Aunque hubo helechos arbóreos en el período Carbonífero, hace entre 360 y 300 millones de años, aquellos linajes ya no existen, los helechos arbóreos actuales son mucho más recientes. La arborescencia de los Cyatheales surgió mucho después de la extinción de aquellos, a finales del período Jurásico, hace entre 160 y 145 millones de años.
Por su parte, el linaje de las espermatófitas se remonta hacia finales del Devónico, hace unos 360 millones de años. Sin embargo, durante mucho tiempo permanecieron en forma herbácea. Los linajes arbóreos más antiguos que aún se conservan pertenecen al grupo de las gimnospermas, —plantas sin flores—. Actualmente, hay cuatro linajes de gimnospermas, de los cuales, tres presentan especies con porte arbóreo: cícadas, coníferas y el ginkgo.
Y aquí entramos en un punto complejo: los tres linajes tienen su origen, más o menos, en el mismo momento: a principios del período Pérmico, hace unos 300 millones de años. Esto coloca, a cualquiera de ellas, en un tiempo más antiguo que los helechos arbóreos recientes.
Para comprobar cuál es la especie arbórea más antigua habrá que adentrarse, entonces, en cada uno de los tres grupos, y explorar su linaje. El más fácil de comprobar, por ser un grupo con una sola especie viva, es Ginkgo biloba.
¿Cuál es la antigüedad de Ginkgo biloba?
El género Ginkgo no aparece en el registro fósil hasta mediados del período Jurásico, hace entre 165 y 175 millones de años. Abundantes especies tuvieron su esplendor durante la época de los dinosaurios, pero con su extinción también llegó la de los ginkgos. Solo un linaje, representado por la especie G. adiantoides, consiguió sobrevivir y evolucionar durante el terciario hasta llegar a la especie que conocemos hoy, G. biloba, muy apreciada en jardinería, y que presenta su rango de distribución natural en China.
No es fácil delimitar dónde termina una especie y comienza la otra, lo que sí se sabe es que G. biloba tiene una gran longevidad, una tasa evolutiva muy baja, y en el registro fósil se observa una distribución amplia, contigua, de contracción constante y paulatina, con una preferencia de ambiente poco o nada variable. Para la investigadora Dana L. Royer y sus colaboradores, estos datos invitan a pensar que, en realidad, no existen diferencias —o al menos no pueden apreciarse— entre los fósiles de G. adiantoides y las poblaciones modernas de G. biloba. Para estos investigadores, cuyos resultados fueron publicados en la prestigiosa revista de paleontología Palaeobiology, ambas son conespecíficas, es decir, los fósiles designados como G. adiantoides pertenecen a la misma especie que G. biloba. Esto hace que la especie tenga una antigüedad en torno a 51 millones de años.
Explorando las coníferas
Entre las coníferas, por otro lado, los linajes que se remontan a un pasado más lejano son las taxáceas —entre las que destaca el tejo— y las cupresáceas —sabinas y cipreses—. Ambos linajes tienen su origen hace unos 250 millones de años, a principios del Triásico, de ahí que no sería extraño hallar especies muy antiguas en estos grupos.
Entre las taxáceas, el género Amontotaxus es el más antiguo con especies vivas. Su origen se remonta a mediados del Jurásico, pero ninguna de las seis especies conocidas presenta un registro fósil sólido, y dada su variación, todo apunta a que son más modernas que G. biloba.
Por su parte, entre las cupresáceas, el primer linaje que se separa del grupo es el género Cunninghamia, cuyo origen se estima a finales del Cretácico, hace unos 70 millones de años. En este caso, de nuevo, hubo cierta diversificación y es muy probable que la más antigua de sus especies sea mucho más moderna que el ginkgo, aunque tampoco hay registros claros.
Las cícadas como última opción
El linaje que queda por explorar es el de las cícadas. Estas plantas con aspecto de palmera fueron muy abundantes en la época de los dinosaurios, y su linaje es tan antiguo como el de ginkgos o coníferas. De las dos familias botánicas, cicadáceas y zamiáceas, la primera tiene su origen a principios del Terciario, hace no más de 60 millones de años, y dado que hubo diversificación evolutiva posterior, con al menos 90 especies distintas conocidas, la posibilidad de que alguna sea más antigua que el ginkgo es prácticamente nula.
La otra familia existente, la de las zamiáceas, sí tiene un origen más antiguo. Su linaje se remonta a principios del Cretácico, hace unos 140 millones de años. El primer linaje moderno en separarse del grupo es el género Dioon. Sin embargo, durante el pleistoceno —hace menos de 2,6 millones de años—, este grupo sufrió una diversificación enorme, efecto de las glaciaciones; la especie más antigua sería D. mejiae, con más de 2 millones de años de antigüedad.
Este tipo de estudios son muy complejos y extraer conclusiones sólidas implica grandes dificultades. Sin embargo, hay un aspecto clave: si una especie tiene abundantes parientes en su árbol genealógico, ha tenido una diversificación reciente, y probablemente sea relativamente moderna. Por el contrario, si un linaje presenta una sola especie desde hace mucho tiempo, lo más probable es que sea muy antigua. Por ese motivo, afirmar que Ginkgo biloba es la especie de árbol más antigua que existe es casi una certeza científica.