La crisis en Bolivia después de la renuncia de Evo Morales a la Presidencia después de casi 14 años de mandato continúa dividiendo a la comunidad internacional el lunes entre aquellos que ya analizan acciones por lo que consideran un "golpe de estado" y aquellos que lloran. fuera para un proceso electoral rápido.
Después de semanas de protestas, Morales, cuyo paradero se desconoce este lunes, renunció el domingo a partir de una recomendación militar luego de que se publicara un informe de la OEA en el que se denunciaron graves irregularidades en las elecciones del 20 de octubre, en las que fue reelegido para un cuarto término
Países como Rusia, Siria, México, Venezuela y Nicaragua denunciaron de inmediato un "golpe de estado" contra Morales, mientras que España cuestionó la intervención de las Fuerzas Armadas y la Policía.
"Esta intervención se remonta a momentos pasados en la historia de América Latina", dijo el Gobierno español.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha llamado "a todos los actores relevantes para que se comprometan con una solución pacífica a la crisis actual y para garantizar elecciones transparentes y creíbles".
Naciones como Alemania también insistieron en una solución pacífica.
Dicen que no hubo golpe
Sin embargo, el gobierno saliente de Argentina, encabezado por el conservador Mauricio Macri, cree que no hay "elementos" para describir lo que sucedió en Bolivia como un "golpe de estado".
En esto estuvo de acuerdo, el líder del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, a quien más de 50 países reconocen como el presidente a cargo, quien afirmó que la renuncia de Morales es "el requisito natural" de los bolivianos para un proceso electoral transparente. l efe