Cerca de 3.5 millones de costarricenses están convocados a las urnas el domingo para elegir al presidente que gobernará el país por los próximos cuatro años, en una segunda vuelta a la que llegaron el exmandatario José María Figueres, y el economista Rodrigo Chaves tras una campaña llena de polémicas.
Este sábado se aprecia tranquilidad en las calles como es costumbre en la víspera de una elección en este país, pero se espera que para la noche los simpatizantes de los candidatos salgan con sus banderas en caravanas.
Tras una campaña llena de ataques entre los dos candidatos por cuestionamientos de corrupción y acoso sexual, y con las encuestas dando un empate técnico o una ventaja ligera de Chaves, los costarricenses acudirán a las urnas a decidir quién liderará el Gobierno entre mayo de 2022 y mayo de 2026.
Chaves, del joven Partido Progreso Social Democrático, fue sancionado a lo interno del Banco Mundial en 2019 por denuncias de acoso sexual que interpusieron colaboradoras por hechos que habrían ocurrido hace 14 años.
Por su parte, a Figueres, presidente entre 1994 y 1998, lo persigue una sospecha de corrupción cuando ya no era mandatario, por la que no fue acusado por los fiscales, pero que persiste en la memoria colectiva del país debido a que vivió en Suiza durante casi 8 años mientras el caso era investigado.
Chaves, economista de profesión, ha propuesto reducir el tamaño del Estado, reducir cargas sociales y trabas a la inversión y emprendimiento, pero su mensaje se ha concentrado en prometer una lucha frontal contra la corrupción de la que culpa a los partidos tradicionales como el Partido Liberación Nacional (PLN), al que pertenece su rival.
Por su lado, Figueres, ingeniero industrial, ha centrado su compaña en ofrecer su experiencia como expresidente y en puestos internacionales en entidades como el Foro Económico Mundial, y ha prometido programas para reactivar la economía y generar empleo con una visión más dirigida a fortalecer el papel del Estado.