Más del 90% de la contaminación del aire en Oriente Medio proviene de los combustibles fósiles, y no de factores naturales como se pensaba hasta ahora, según un estudio publicado el jueves en la revista científica Communications Earth & Environment.
Un equipo internacional de científicos se embarcó en 2017 en un viaje por el este del Mediterráneo, a través del canal de Suez y alrededor del Golfo para medir la calidad del aire con equipos especiales.
Concluyeron que la mayoría de las partículas finas que pueden penetrar profundamente en los pulmones y representan así un riesgo importante para la salud, son de origen humano y provienen esencialmente de la producción y la utilización de combustibles fósiles y de carbón.
Esta conclusión cuestiona la idea hasta ahora dominante, según la cual son fenómenos naturales como los polvos desérticos son los que afectan la calidad del aire en esas regiones.
Los científicos detectaron presencias importantes de elementos tóxicos, como el dióxido de azufre, relacionados con la industria petrolera o el transporte marítimo.
«Hay refinerías, como las de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que son fuentes mayores de contaminación del aire pero también barcos en el mar Rojo y en la región del canal del Suez», explicó Jos Lelieveld, autor principal del estudio e investigador en el instituto Max Planck.
El equipo buscó calcular la sobremortalidad causada por la contaminación del aire cada año en la región, concluyendo que es más elevada que en los países occidentales industrializados.
El número de muertes atribuidas a la contaminación del aire sube así hasta 15,9% en Kuwáit, frente a 3% en Estados Unidos.
Según los autores del estudio, una muerte de ocho en la región se atribuye a la contaminación relacionada con los combustibles fósiles y la calidad del aire «supera de manera permanente» las normas de la OMS.