Las gimnastas estadounidenses que sufrieron los abusos sexuales del médico Larry Nassar recibirán una compensación de 380 millones de dólares. Así lo establece el acuerdo con la Federación de gimnastas de EE.UU. y los comités olímpico y paralímpico y sus respetivas empresas aseguradoras.
De esta manera se cierra una batalla legal de casi cinco años que ha puesto patas arribar la gobernanza de los deportes olímpicos en Estados Unidos. La suma, avanzada por ‘The Wall Street Journal’, figura entre las más grandes jamás registradas por abusos sexuales. Se beneficiarán centenares de atletas, en torno a quinientas, que sufrieron los ataques a lo largo de tres décadas, cuando eran niñas o adolescentes.
El acuerdo incluye las reclamaciones de ganadoras de medallas de oro como Simone Biles, una de las voces más sonoras contra el médico condenado a 60 años de cárcel, Aly Raisman y McKayla Maroney. Todas fueron tratadas por Nassar durante el tiempo en que fue el doctor del equipo de EE.UU.
Figuran, además, gimnastas que competían en clubes locales y que buscaron el tratamiento de Nassar por la reputación nacional que le ofrecía ser el médico del equipo olímpico, así como deportistas que cayeron en manos de entrenadores desalmados y abusivos.
El pacto incorpora provisiones no económicas, como el requerimiento de las que se han identificado como sobrevivientes de los abusos y han tenido un papel en la federación estadounidense de gimnasia.
En septiembre de 2016, Jamie Dantzscher, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos del 2000 (Sidney), presentó una demanda contra los dirigentes deportivos de Estados Unidos por los abusos de Nassar. A medida que otras muchas reclamaciones se fueron sumando la USA Gymnastics (la federación) presentó en 2018 una petición de suspensión de pagos. Una vez alcanzado el acuerdo, todo apunta que saldrá de esa situación
Para entonces, la indignación por la gran cantidad de revelaciones sobre la respuesta del movimiento olímpico ante el caso Nassar ya había contribuido a la renuncia de muchos altos funcionarios tanto de la federación como del comité olímpico, entre estos, los líderes de ambas organizaciones, Steve Penny y Scott Blackmun.
Ha llevado todavía tres años más lograr un acuerdo de compensación. Durante este periodo, las principales estrellas de esta práctica deportiva lanzaron campañas muy críticas hacia esas organizaciones para las que ellas han competido o aún compiten. También participaron en una audiencia en el Senado en la que urgieron a los legisladores a que relevaran a los responsables deportivos y establecieran controles de vigilancia que impidieran la repetición de sus calvarios.