Más allá de ser un grupo que embandera los más antiguos códigos morales, el Talibán afgano ha demostrado tener un manejo extremadamente sofisticado en lo que respecta a la utilización de las redes sociales para la construcción de capital político y para, ahora que están en el poder, extender el mensaje de que están preparados para gobernar la Nación luego de décadas de guerra.
A través de la utilización de redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram, además de plataformas de mensajería como WhatsApp y Telegram, el movimiento intenta mostrarse contrario a las acusaciones que recibe por ser intolerante, cruel y propenso a la venganza, siempre manteniéndose dentro de las normas y los límites impuestos por dichas corporaciones para regular el contenido en circulación.
Las sofisticadas estrategias que utilizan para lograr sus objetivos hacen creer a los analistas que el grupo es aconsejado por alguna empresa de relaciones públicas, ya que manejan las mismas herramientas que usan muchas corporaciones y partidos políticos para empujar ciertos temas claves y amplificar mensajes a través de múltiples plataformas.
La capacidad del los talibanes para operar dentro de las reglas de contenido de empresas como Facebook, Twitter y YouTube generó polémica y disconformidad entre los usuarios de dichas redes. Por ejemplo, los seguidores del ex presidente de los Estados Unidos Donald Trump reclaman a Twitter explicaciones acerca de por qué la cuenta del ex mandatario fue suspendida mientras que la de muchas figuras del Talibán no. La respuesta puede ser, según analistas, que Trump violó durante años las reglas acerca de los discursos de odio y la incitación a la violencia mientras que los Talibán, por lo general, no lo hacen. “Los talibanes claramente están navegando hábilmente entre las políticas de contenido de las redes sociales y aún no están cruzando las muy claras líneas de violación de políticas que cruzó Trump”, afirmo Rita Katz, directora ejecutiva de SITE Inteligence Group, que monitora el extremismo en línea.
Por el lado de Facebook, sin embargo, la empresa designó al Talibán como una “organización peligrosa”, que le permite remover la cuenta sin importar el contenido específico de sus publicaciones. Además, recientemente clausuró una conocida línea directa que operaba en WhatsApp y era utilizada por el grupo islámico para conectarse con los ciudadanos. Pero por otro lado, Twitter y otras compañías por el momento permiten al Talibán una libertad de acción más amplia al no cerrar las cuentas que hablan en su nombre.
Lo que se sabe es que “Basado en el gran volumen de producción, varias de las cuentas están a cargo de personas cuyo trabajo principal puede ser las redes sociales,” según cuenta Darren Linvill, investigador principal del Centro Forense de Medios de la Universidad de Clemson. “Estas cuentas no son administradas por líderes o combatientes talibanes, sino por personas con acceso ininterrumpido a Internet tanto en un dispositivo de escritorio como en un dispositivo de mano, así como con un nivel decente del idioma inglés”, agregó.