Comer vidrio, en la expresión del tigueraje, califica a un hombre o una mujer, que se relaciona con una pareja que no reúne las mínimas condiciones para exhibir, presumir de algo que valga la pena.
Se es consciente de que en la mayoría de los casos, el factor que lo provoca, es el dinero, ya que es poco probable que sea enamoramiento o quizás un sexo salvaje y sin límites.
Para esos machitos y hembritas, no importa la higiene ni los malos olores, puede que sea su afrodisíaco, una posibilidad, nada más.
Puede justificarse por compartir el mismo origen, proceder del mismo estrato social, tal vez, pero la mujer necesita lucir la compañía de un hombre que se vea bien y gaste, ambas cosas es difícil de encontrar.
Hombres desaliñados, con poca o ninguna higiene, imprudentes, tacaños, indecentes, mal hablados, indiscretos y alabanciosos, eran desdeñados, hoy, si tienen dinero, son bienvenidos.
Las féminas que están en búsqueda de patrocinadores, que son la mayoría, buscan con desesperación, machos en capacidad y disponibilidad de pagar, invertir o dilapidar dinero en ellas, solo eso interesa, el gusto, se guarda en una cartera Louis Vuitton.
Ver mujeres que “comen vidrio” y lo hacen solo por la “moneda” que el tipo aparenta tener y por lo mucho que promete regalar (auto, joyas, ropa, zapatos y carteras) artículos que las más de las veces nunca llegan.
Aunque el hombre ideal no existe, las féminas persiguen ese fetiche, mientras, deben conformarse con lo que aparezca y la desesperación las convierte en “come vidrio”!