La Cámara de Representantes de Colombia ha aprobado un proyecto de ley que prohíbe las corridas de toros en el país, marcando un cambio significativo en la legislación colombiana y generando diversas reacciones entre los líderes políticos. La votación, que resultó en 93 votos a favor y dos en contra, es el resultado de años de lucha por parte de defensores de los derechos animales.
El proyecto de ley, propuesto por la senadora Esmeralda Hernández del Pacto Histórico, ha superado numerosos obstáculos antes de su aprobación el 28 de mayo. Alejandro García, del Partido Alianza Verde, destacó que el proyecto había sido rechazado más de 14 veces en el pasado y calificó el logro como «histórico».
El proyecto establece una transición de tres años para la reconversión económica y laboral de quienes dependen de las corridas de toros. Además, contempla inversiones del Gobierno para transformar los espacios utilizados para estas actividades en lugares dedicados al arte y la cultura, similar a lo que se ha hecho en Medellín.
El presidente Gustavo Petro respaldó el proyecto, afirmando la importancia de no considerar la muerte como un espectáculo y criticó la violencia asociada con la política y el sufrimiento animal. El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, elogió la decisión de la Cámara, describiéndola como un avance hacia la modernidad y una nueva visión que rechaza la violencia y el sufrimiento animal.
Catherine Juvinao, representante a la Cámara por el Partido Alianza Verde, celebró la aprobación con un mensaje conciso: “¡NO MÁS OLÉ!”, reflejando el sentimiento de numerosos activistas y defensores de los derechos animales. Inti Asprilla, también del Partido Alianza Verde, felicitó a los activistas y a la autora del proyecto por su perseverancia y esfuerzo. María Fernanda Carrascal, coautora del proyecto, subrayó que la prohibición de las corridas de toros es un paso significativo hacia una sociedad libre de violencia.
La aprobación del proyecto de ley no solo representa un cambio legislativo, sino también un mensaje claro sobre los valores y principios que Colombia desea promover. A medida que el proyecto avance hacia la etapa de conciliación y eventual sanción presidencial, se espera que continúe generando debates sobre el trato ético hacia los animales y la evolución de las tradiciones culturales en el país.
Este hito legislativo refleja una transformación en la percepción de la sociedad colombiana sobre la violencia y el sufrimiento animal, posicionando al país en una nueva dirección hacia la modernidad y el respeto por la vida.