Aún no ha entrado en vigencia y ya se anuncia la modificación de varios artículos, incluyendo el 136, que ellos ven como una amenaza al matrimonio.
Ciertamente lo es, porque constituye una aberración las penas (de 10 a 20 años) que contiene esta disposición, que castiga la relación sexual sin el consentimiento de la hembra, porque está dirigido al hombre, aunque no lo mencione así.
Es ridículo la banalidad con la que los diputados proponentes plantean la modificación del 136, diciendo que “aunque reiteran en absoluto el respeto a los derechos de la mujer, advierten que la redacción del texto podría enviar una señal que debilite la estructura familiar”.
O sea, que yo no me equivoqué, cuando desde la promulgación del Código he dicho que ese artículo estaba dirigido al hombre, que en la mayoría de los casos puede ser el protagonista de una relación sexual no consentida.
Esa acción, como demasiado, no debe tener multas más allá de un año y hay que ser conscientes de que después de la demanda vendrá el divorcio, que ya de por sí está en situación de crisis.