Son más de 25 y tienen reglas claras. Los clientes pueden disfrutar del placer, ya sea por autosatisfacción como por un deseo compartido
Existen clubes repartidos por distintas partes del mundo que se dedican a brindar espacios para disfrutar del hábito de masturbarse. Son conocidos como “Jack off club”, tres simples palabras que describen un mundo de sensaciones y placeres, mayormente, masculinas.
Si se menciona en español, estos lugares pueden ser descriptos como “clubes de masturbación”. Es decir, espacios donde hombres acuden para masturbarse, ya sea como autosatisfacción o, bien, como un acto compartido. Sin importar la orientación sexual de los asistentes o las historias que se acumulan en estos ámbitos, lo cierto es que comenzaron a ganar terreno en todo el mundo.
En la actualidad existen 18 establecimientos de este estilo en Estados Unidos, 2 en Australia, 2 en Canadá, 1 en Reino Unido y el último recientemente inaugurado en Madrid, según enumera la web The Bator Blog, un sitio especializado en esta práctica. Pese a que la mayoría de los miembros de estos clubes se autodefinen como homosexuales, quienes son parte de estos grupos afirman que existe un número importante de heterosexuales. Aunque todos aclaran, sea en el idioma que sea, que no existen esas clases de preguntas ante quien busque sumarse a estos comportamientos.
Para algún desprevenido que no está al tanto de esta práctica, lo que ocurre dentro de esas 4 paredes, que puede ser denominado como “homoerótico”, no define realmente la orientación sexual de quien lo practica. En ese sentido, Nacho G., el dueño del sitio recientemente inaugurado en Madrid, remarcó que su club “no es necesariamente homosexual”, en declaraciones al diario El País de España.
Vale precisar que para la ciencia, la masturbación es más que un acto sexual sino que está íntimamente relacionado con la salud masculina. Por ejemplo, entre otros aspectos positivos, reduce el riesgo de padecer cáncer de próstata en un 33%.
Los costos para poder ser socio de estos clubes varían, obviamente, dependiendo no solo del país, sino también de la ciudad. Sin embargo, afirman que las membresías pueden adquirirse desde los 20 dólares mensuales hasta los 235 por año; o bien, según la página oficial del club español los precios van desde los 3€ a los 5€ por evento, según indicó el diario El País. Dentro de las cuatro paredes de cada uno de estos ámbitos no vale todo. Hay reglas claras en la mayoría de estos establecimientos:
- – “No lips under the hips”: la traducción de esta expresión es “sin boca debajo de las caderas”. En resumidas cuentas: no está permitido el sexo oral.
- – “Nothing goes inside anybody’s anything”: en castellano, esta expresión significa “nada va dentro de nada de nadie”. La norma es clara: no hay sexo anal.
- – Colores como límites: con pulseras como indicadores. Por ejemplo, en la versión española rojo significa: “no toques mi pene” y verde significa: “Puedes tocar mi pene sin preguntar primero”.