Cirujanos imprimen una nueva nariz en 3D y la conectan al brazo de un paciente

El titular no tiene ningún sentido sin el contexto del avance conseguido en Francia. Todo comenzó con el caso de una mujer que había perdido parte de su rostro debido al cáncer. La solución de los investigadores fue un trasplante de nariz impreso en 3D, pero tendría muchas complicaciones.

La primera y más importante: los vasos sanguíneos son demasiado pequeños y complejos para entretejerse en la estructura impresa en 3D. La increíble solución de los cirujanos para darle a la nariz el suministro de sangre que necesita fue conectarla a una región altamente vascularizada del cuerpo: el antebrazo.

Tal y como cuentan, tras dos meses de desarrollo en el brazo, la nariz se trasladó a la cara de la mujer durante una microcirugía de seis horas que intentó conectar con mucho cuidado sus nuevos vasos sanguíneos a la sien de la paciente. Tras diez días en el hospital y tres semanas de antibióticos, los cirujanos del Instituto del Cáncer de la Universidad de Toulouse en Francia anunciaron que la paciente estaba “muy bien”. Según ha explicado la mujer:

Cuando me desperté al día siguiente, estaba absolutamente abrumado. Hace diez años que no salgo, y mi esposo y yo hemos decidido volver a salir pronto a un restaurante.

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Imagen: CHU de Toulouse (Other)

Lo más curioso de este sorprendente avance es la forma en la que se halló la solución. Al parecer, Agnès Dupret-Bories, uno de los cirujanos, se inspiró para intentar implantar una nariz impresa en 3D después de hablar con un estudiante de doctorado en Bélgica varios años atrás. Este investigador había probado previamente implantes biosintéticos en los pómulos mientras trabajaba en una empresa de impresión 3D llamada Cerhum.

En 2021, el cirujano y un colega utilizaron la ayuda de Cerhum para imprimir una réplica de la nariz con hidroxiapatita, un mineral natural que ayuda a formar dientes y huesos. Luego, se tomó piel y cartílago del cuerpo de la paciente y se usaron para dar el detalle de la estructura. Por último, se permitió que pequeños vasos sanguíneos del antebrazo de la paciente colonizaran naturalmente el implante en el transcurso de dos meses.

Así fue como se llegó a este avance sorprendentemente exitoso. Y es que, tras nueve años y varias reconstrucciones nasales fallidas, la paciente finalmente recuperó su nariz, e incluso cuenta que ahora puede oler mejor que nunca.