Las cosas, en el mercado del automóvil, son como un guiso de abuela. Comienza con un sofrito al que no damos demasiada importancia pero que los expertos saben valorar. Se adereza con buenos ingredientes, se añade un poco de agua y cuando, por fin, el agua rompe a cocer y el olor a infancia invade la sala, el resto de comensales no prestan atención a lo que está dentro de la olla.
Algo muy parecido ha pasado con China y el coche eléctrico. Los asiáticos llevan años plantando la semilla para ser líderes en el sector. Desde hace más de un lustro, China decidió que las empresas extranjeras que quisieran producir coches en su país tendrían que asociarse con conglomerados locales. Esto les ha permitido ganar mucha experiencia y aprender de la tecnología occidental para aplicarla a sus propios vehículos.
Al mismo tiempo han creado una red de sustento para su cadena de suministros que ha hecho de China un rival imposible de batir. Tienen un férreo control sobre las materias primas, su extracción, tratamiento y producción de baterías. Y, a todo lo anterior, hay que sumar que en China se produce mucho más barato que en Occidente, tanto que algunas empresas europeas y estadounidense piden a sus gobiernos que pongan algún tipo de freno para su entrada en los mercados.
Todo ello ha provocado que sus ventas dentro y fuera del país se disparen. En el mercado local, Volkswagen ya ha perdido el liderato en favor de BYD y la venta de coches eléctricos se ha disparado. En el mercado mundial, salvo los Tesla Model 3 y Model Y y el Volkswagen ID.4, todos los modelos entre los más vendidos son de origen chino.
Máximos exportadores
Con esta fotografía, China ha conseguido que las ventas de coches eléctricos en el país se dispararan hasta una cuota de mercado del 20%. En Europa, la media de penetración del coche eléctrico es del 15,1%. Mientras que en España no llegamos al 5% de matriculaciones de coches eléctricos, en Alemania es de un 15,67% y en Francia de un 15,50%, según datos de ACEA.
Francia y Alemania son los dos países donde más coches eléctricos se venden y demuestran la fuerza que tiene China. En el país galo se están planteando, incluso, sacar de las ayudas a la compra de coches eléctricos a los vehículos llegados desde fuera de las fronteras de la Unión Europea, aplicando unas exigencias mínimas de emisiones relacionadas con la producción y distribución de los automóviles.
Es sencillo que el foco se ponga en MG, que con los precios de su MG4 Electric está haciendo una dura competencia a los fabricantes europeos. O BYD, que no deja de crecer y ya ha anunciado la llegada de sus llamativos vehículos en países como España. Pero importantes coches de volumen, tanto en la parte baja como alta del mercado, del Tesla Model Y al Dacia Spring, entre otros, llegan desde China.
Las consecuencias tenían que verse en algún momento. En el medio japonés Nikkei se han echo eco de los datos de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CAAM). China ya es el mayor exportador de coches eléctricos del mundo, superando a Japón. En 2022, sus exportaciones ya habían crecido un 120% pero, en la primera mitad del año 2023, se han colocado en primer lugar con un crecimiento de un 73% respecto al mismo periodo del año anterior.
En total, China colocó en la primera mitad del año un total de 2,14 millones de vehículos, quedándose Japón en 2,02 millones de unidades, pese a que también creció en un 17%, según los datos de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón, recogen en el mismo medio.
Pero el vehículo que ha sido decisivo para consolidar el adelanto ha sido el coche eléctrico. El 25% de sus exportaciones son coches que utilizan esta tecnología. Es decir, de los más de dos millones de coches exportados por china, más de medio millón de unidades son vehículos de este tipo. Para hacernos una mejor idea, entre enero y junio, Europa matriculó 703.586 vehículos eléctricos.
Este listado de exportaciones de coches eléctricos lo lideró Tesla, con la producción de 180.000 automóviles en su fábrica de Shanghái que terminaron fuera de sus fronteras. BYD fue el segundo fabricante que más automóviles destinó a la venta fuera de China, con un total de 80.000 unidades.
El otro gran aliado para el crecimiento Chino fue Rusia. Desde la Guerra de Ucrania, los países occidentales, Corea del Sur y Japón han dejado reducido a la mínima expresión su presencia en el país. En consecuencia, China ha aprovechado para ocupar una demanda no abastecida por estos países. Sólo a Rusia, China exportó 287.000 automóviles entre enero y mayo.