Luka Doncic aseguró que Jayson Tatum y Jaylen Brown eran el mejor dúo de la NBA. Apenas unas horas después, los de Boston le han agradecido sus palabras dándole la razón. Ambos se combinaron para un total de 68 puntos en la visita de Dallas al TD Garden, liderando así a una victoria plácida a unos Celtics se reencontraron con la senda de la victoria tras su reciente tropiezo. Los de Mazzula se impusieron a los texanos por 125-112 para afianzar su condición de líderes de la NBA, volviendo a desplegar una versión ofensiva ante la que nada pudieron hacer los Mavericks.
De hecho, los locales apenas tardaron unos minutos en hacerse con un colchón importante, pues con un parcial de 20-5 en los primeros minutos empezaron a abrir una brecha que prácticamente no se cerraría. Boston entró en modo apisonadora y ya al descanso ganaba por unos más que contundentes 21 tantos (70-49), distancia que llegaría a los 27 con el avance de la segunda mitad. La relajación propia del resultado y la insistencia de Luka Doncic por devolver la emoción al duelo hicieron que todo se compactase algo más en el último cuarto, pero nunca lo suficiente como para que las gradas temieran de verdad la remontada.
El esloveno fue, con 42 puntos, el máximo anotador del encuentro en otra actuación portentosa por su parte. Con la pintura y la media distancia como zonas predilectas en esta ocasión (14/20 en tiros de dos), el base fue sumando para los suyos aunque de forma muy estéril, pues lo cierto es que nunca fue suficiente para mantenerles de verdad con vida y solo valió para maquillar el marcador. Con 9 asistencias, trató de nutrir además a sus compañeros, entre quienes destacaron los 26 tantos de Christian Wood que tampoco sirvieron para competir con el que está siendo el mejor equipo de este tramo de curso.
Los 37 puntos de Tatum y los 31 de Brown (en su caso, con un 72,2% de acierto) fueron solo la punta de lanza de un sistema perfectamente pulido en el que todos aportaron. Marcus Smart, con 13 tantos, 9 asistencias y grandes acciones defensivas, contribuyó enormemente también a construir la ventaja de los locales, mientras que Malcolm Brogdon, también con 13 puntos, comandó a una segunda unidad que no dejó que el ritmo decayese. La diferencia de recursos y profundidad entre ambas plantillas se hizo notar, pues aunque ambos tienen superestrellas sobre las que girar, Boston tiene mucho más.
«Dallas siempre ha sacado lo mejor de nosotros en los últimos años» reconoció Tatum, cuya presencia en el partido estuvo en duda hasta poco antes de comenzar. «Quedarse sentado nunca es una opción real. Siempre voy a tratar de estar listo para salir a pista».