El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aterrizó este sábado en Estados Unidos, donde se espera que se reúna el lunes en Washington con el presidente Donald Trump para abordar temas claves de cooperación en materia migratoria, según confirmó el propio mandatario salvadoreño en la red social X.
En un video publicado por Bukele, se observa su llegada a la base aérea Andrews, en Maryland, donde fue recibido por autoridades locales y por la embajadora salvadoreña en EE.UU., Milena Mayorga. Por ahora, no se ha revelado la agenda oficial del presidente salvadoreño antes del esperado encuentro.
La reunión será significativa no solo por el contexto migratorio actual, sino también porque Bukele será el primer mandatario latinoamericano recibido por Trump en la Casa Blanca desde su regreso a la presidencia, un gesto que resalta el peso político del salvadoreño en la agenda del expresidente estadounidense.
Entre los temas que podrían tratarse figura el polémico acuerdo por seis millones de dólares entre ambos gobiernos, que habría facilitado el uso del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la mega prisión salvadoreña, para albergar a presuntos pandilleros deportados de EE.UU., incluyendo miembros de la Tren de Aragua y MS-13.
La política migratoria de Trump ha vuelto a endurecerse. En su ofensiva reciente, el gobierno ha invocado una antigua ley de 1897 la Ley de Enemigos Extranjeros para acelerar deportaciones sin un debido proceso judicial, lo que ha despertado preocupación entre organizaciones de derechos humanos.
Uno de los casos que ha provocado mayor controversia fue la deportación errónea de Kilmar Ábrego García, un salvadoreño residente legal en Maryland y casado con una ciudadana estadounidense, cuya deportación fue ordenada a pesar de contar con una decisión judicial que lo protegía. El Tribunal Supremo de EE.UU. ordenó su retorno, y Trump ha expresado su intención de acatar la sentencia.
No se descarta que el caso Ábrego forme parte de los anuncios del encuentro entre ambos líderes, el cual podría marcar un nuevo capítulo en la colaboración migratoria entre Washington y San Salvador, con un enfoque cada vez más polémico por el uso de cárceles salvadoreñas y medidas excepcionales por parte de EE.UU.
La reunión, además de su carácter bilateral, se produce en un contexto donde ambos líderes buscan consolidar su influencia política en medio de escenarios internos y externos altamente polarizados.