Su nombre te sonará. Hace unos años el exoplaneta Kelt-9b, un gigante gaseoso casi tres veces más masivo que Júpiter, saltó a la fama por una peculiaridad que a más de uno le hizo soltar un suspiro de sorpresa, cuando no puro terror: con una temperatura de 4.300ºC en su cara diurna se convirtió en uno de los planetas más extremos conocidos. Tal calor alcanza que supera incluso a la mayoría de estrellas. Ahora Kelt-9b ha vuelto a acaparar miradas, aunque por un motivo bien distinto: su interesante reserva de uno de los metales de tierras raras más extraños.
Lo más curioso es que también en eso resulta único.
El tesoro desconocido de Kelt-9b. Un grupo de investigadores de la Universidad de Lund, en Suecia, ha encontrado terbio (Tb) en la atmósfera de Kelt-9b. El descubrimiento resulta interesante por varias razones. La primera es su carácter pionero: es la primera vez que se logra un hallazgo así. Hasta ahora jamás habíamos localizado ese elemento en la atmósfera de un exoplaneta.
El segundo motivo recae en el propio terbio, metal de tierras raras de la familia de los lantánidos, que no se localiza fácilmente en la naturaleza. «Encontrar Tb en la atmósfera de un exoplaneta es sorprendente», añade Nicholas Borsato, estudiante de doctorado y uno de los autores de la investigación, disponible en ArXiv.
Terbio… y algo más. Además del Tb, durante su estudio los científicos de la Universidad de Lund han logrado nuevos registros de vanadio, bario, estroncio y níquel, entre otros metales, lo que confirma hallazgos previos. «Hemos creado un nuevo método que permite obtener información más detallada. Con él hemos descubierto siete elementos, incluida la rara sustancia terbio”, señala.
Lo cierto es que nuestro conocimiento de Kelt-9b no ha parado de enriquecerse desde su hallazgo, en 2017. Gracias a su órbita los científicos han podido analizarlo y concluir que en su atmósfera hay hierro y titanio vaporizados —una peculiaridad sorprendente que ya lo convirtió en un exoplaneta particular en 2018—, además de sodio, magnesio, cromo y escandio de itrio, metales de tierras raras.
La importancia del Tb. El hallazgo es nuevo; el Tb, no. Lo conocemos desde finales del XIX, entra en la categoría de las denominadas tierras raras y la inmensa mayoría (99%) de su producción mundial se localiza en el distrito minero de Bayan Obo, en Mongolia Interior. Al igual que otros metales de tierras raras destaca por dos factores fundamentales: su disponibilidad y aplicaciones industriales.
Los compuestos de terbio se usan como fósforos verdes en lámparas fluorescentes, monitores de ordenador o pantallas de televisión y cuando se usa en aleación con otros metales se aprovecha para sistemas de sonar o sensores de presión.
… Y de dónde se localiza. Buscar terbio en Kelt-9b no será desde luego una tarea sencilla. Al fin y al cabo se sitúa a 670 años luz de la Tierra y sus condiciones, marcadas por una temperatura media de 4.000ºC, lo convierten en el exoplaneta más ardiente de la galaxia. «El calor de Kelt-9b es demasiado intenso incluso para que las moléculas permanezcan intactas. Es probable que las de hidrógeno gaseoso se desintegren en el lado diurno, incapaces de volver a formarse hasta que sus átomos desunidos fluyan hacia el lado nocturno del planeta», relata la NASA.
La agencia espacial estadounidense matiza en cualquier caso que los desorbitados valores de Kelt-9b se quedan cortos si se comparan con los de su estrella, un astro azul tipo A que probablemente está deshaciendo el planeta por evaporación.
La promesa de la minería espacial. Más allá del interés científico del descubrimiento, si para algo sirve los nuevos datos de Kelt-9b es para confirmar el interés de los recursos mineros espaciales. No es nada nuevo, ni que intuyera hace ya años el popular astrofísico Neil deGrasse Tyson, quien en 2015 aventuró que el primer billonario amasará su fortuna gracias, precisamente, al aprovechamiento de los recursos espaciales, en concreto la riqueza oculya en los asteroides.
A modo de referencia, la base de datos de Asterank calcula que solo los diez asteroides más rentables por su proximidad y valor potencial dejarían una caja de unos 1,5 billones de dólares. Al hacer su predicción, eso sí, es probable que Tyson tuviese en mente cuerpos espaciales más similares al asteroide Psyche-16, rico en níquel, hierro y oro, que en un exoplaneta situado a cientos de años luz, con una temperatura infernal y una atmósfera particularmente interesante.