La comunidad de bodegueros en Nueva York, mayoritariamente conformada por dominicanos, ha optado por armarse y recibir entrenamiento en el manejo de armas de fuego para protegerse de la creciente ola criminal que afecta a sus negocios y ha cobrado vidas de comerciantes en la ciudad.
Según Radhames Rodríguez, presidente de la United Bodegas of America (UBA), en los últimos dos años, algunos bodegueros iniciaron su formación en el uso de armas de fuego. Sin embargo, en los últimos seis meses, el interés ha experimentado un aumento significativo debido a la «alta incidencia de robos y asesinatos» en estos establecimientos.
«Desde hace más de dos años hemos estado hablando de la poca seguridad que tenemos, de la situación con la delincuencia. Creemos que podemos ejercer el derecho a solicitar licencia para tener un arma», expresó Rodríguez. Además, mencionó que muchas bodegas se han visto obligadas a resguardar productos con cadenas y candados debido a los frecuentes robos.
Los bodegueros han anunciado la creación de una sociedad secreta, denominada SecSoc, que se encargará de gestionar el entrenamiento y ayudar con los trámites necesarios para obtener licencias de armas. La formación será proporcionada por instructores certificados, miembros de las fuerzas armadas y exagentes del orden, contratados por la UBA.
Rodríguez aseguró que la UBA seguirá los procedimientos más rigurosos para obtener los permisos y ha alertado a los propietarios sobre la gran responsabilidad que implica tener un arma, instándolos a mantenerlo en secreto.
«La brutalidad que los propietarios de bodegas han enfrentado en los últimos 10 años no se parece a nada que hayamos visto desde principios de la década de los 70. Hemos perdido nuestros negocios, nuestra dignidad y sustento a manos de los criminales», afirmó Rodríguez durante una conferencia de prensa.
De acuerdo con Rodríguez, en Nueva York existen más de 20,000 bodegas, y más de 15,000 están en manos de la comunidad latina, particularmente de dominicanos.