Todo comenzó, como tantas otras cosas, con una campaña en una agencia de publicidad.
Nos gustan tanto las celebraciones que, cuando no tenemos nada que celebrar, nos inventamos algo. A festividades tan peregrinas como el día del orgullo friki viene a sumarse el día más triste del año, una festividad llamada Blue Monday, que además es absolutamente inventada.
El Lunes triste (Blue Monday) viene celebrándose en redes sociales desde 2005. Su origen está en el supuesto estudio de Cliff Arnall, un psicólogo de la Universidad de Cardiff. Arnall había desarrollado una fórmula matemática ([W+(D-d)]xTQ/MxNA) que demostraba científicamente que el tercer lunes de enero es el día más triste del año. En esa ecuación se relacionan los siguientes conceptos:
W es el clima, el día qué hace.
D es nuestro nivel de endeudamiento.
d es el sueldo.
T el tiempo que ha pasado desde las Navidades.
Q el tiempo que ha pasado desde que hemos fracasado en nuestros propósitos de año nuevo.
M es la motivación, y…
NA es la necesidad de emprender nuevas tareas.
Llegados hasta aquí, no hace falta ser muy sagaz para intuir que, aunque la idea detrás de la fórmula puede tener algo de sentido, sus variables son un batiburrillo de conceptos imposibles de cuantificar y menos aún de relacionar. En realidad, y como explican en Snopes, tanto la fórmula como el estudio es un invento de la agencia de comunicación Porter Novelli.
En 2005, la agencia emitió una nota de prensa con el estudio sobre el Blue Monday. Se da la circunstancia de que Cliff Arnall existe, y trabaja en Cardiff, pero no es el autor del estudio, sino tan solo un psicólogo que se prestó a la broma a cambio de dinero. El objetivo de la elaborada campaña era promocionar la compra de viajes y paquetes vacacionales en una época en la que tradicionalmente muy poca gente viaja.
La campaña terminó, pero el concepto del día más triste del año ha perdurado como una neo-costumbre viral más que a la gente le encanta compartir. No falta quien se expresa con palabras muy duras hacia este tipo de campañas que hacen uso y abuso de la ciencia para vender productos. Dean Burnett, redactor científico del periódico The Guardian, no duda en llamar “puta corporativa” a Arnall por prestar su firma para esta farsa a cambio de dinero. Burnett escribió lo siguiente sobre el Blue Monday:
Creo firmemente que la pseudociencia (como esta ecuación) disfrazada de investigación genuina en los medios es muy dañina para la imagen de la propia ciencia y la psicología. También es irrespetuosa para con los que sufren de depresión, ya que sugiere que se trata de una afección temporal, menor, y común en lugar de una condición crónica e incapacitante. […] El Lunes triste es acientífico, pseudocientífico y superpseudocientífico. Es un galimatías sin sentido, una basura, una porquería y cualquier otra forma educada de decir ‘estupidez’ que se le ocurra.