El presidente estadounidense, Joe Biden, ofreció este miércoles un mensaje de unidad al estado de Florida, devastado por el huracán Ian, durante una visita al feudo del gobernador republicano Ron DeSantis, uno de sus más feroces críticos.
«Tienen mi promesa, y la promesa de Estados Unidos, de que no los abandonaremos. Los acompañaremos a lo largo de este proceso y esto tomará mucho tiempo», aseguró el demócrata de 79 años a los habitantes del estado sureño.
Detrás de él se mantuvo el gobernador, con el rostro ceñudo. «Estamos agradecidos por el trabajo realizado juntos en diversos niveles de la administración», dijo simplemente DeSantis.
Figura de la derecha radical, DeSantis aparece en las quinielas para ser el candidato republicano de cara a las elecciones presidenciales de 2024, y por lo tanto como un potencial rival de Biden, quien ha declarado su intención de postular a un nuevo mandato.
Impactado el pasado miércoles por Ian como huracán categoría 4, Florida sigue contando los muertos y evaluando los daños causados por una de las más poderosas tormentas que haya vivido Estados Unidos.
DeSantis y su esposa, Casey, recibieron a Joe y Jill Biden con breves apretones de manos a su llegada al puerto de pesca Fort Myers, donde el huracán tocó tierra y causó los mayores daños.
La pareja presidencial ya había sobrevolado en helicóptero las zonas afectadas.
Cerca de allí, una maquina terminaba de retirar los escombros de una casa destrozada por el viento, mientras obreros reparaban una línea eléctrica.
Fiel a su naturaleza empática, Biden apretó manos y abrazó a sus interlocutores.
La Casa Blanca, que decretó el estado de emergencia hace una semana antes de que el huracán causara devastación, prometió financiar íntegramente durante dos meses los trabajos de retirada de escombros y los trabajos urgentes de consolidación.