El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha manifestado su disposición a usar la fuerza para defender Taiwán, así como el apoyo de Washington a otras naciones ante una posible amenaza por parte de China.
«Estuvimos de acuerdo con la política de una sola China y la firmamos. Pero la idea de que puede tomarse por la fuerza, sencillamente, no es apropiada», dijo este lunes el inquilino de la Casa Blanca durante una rueda de prensa en Tokio, donde se encuentra de visita oficial.
Al mismo tiempo que subrayó que su país responderá militarmente en caso de que Pekín invada Taiwán. Biden reafirmó su compromiso de garantizar la seguridad del estrecho de Taiwán y de evitar un «cambio en el statu quo» unilateral.
Asimismo, Biden dijo que China «coquetea con el peligro», en referencia a los supuestos planes para invadir la isla. La responsabilidad de proteger Taiwán es «aún más fuerte», después de la operación militar de Rusia en Ucrania, señaló el presidente estadounidense.
Las declaraciones de Biden sorprendieron a algunos miembros de su propia Administración que se encontraban en la sala, quienes no esperaban que se expresara de forma tan contundente, informa The New York Times. Históricamente, Estados Unidos ha desaconsejado a China usar la fuerza contra Taiwán, al tiempo que mantenía la incertidumbre sobre cuál sería su grado de apoyo a la isla en caso de invasión.
La Casa Blanca rápidamente trató de restar importancia a las afirmaciones del mandatario. «Como dijo el presidente, nuestra política no ha cambiado», reza un comunicado enviado a la prensa desde la residencia presidencial estadounidense. «Reiteró nuestra política de una sola China y nuestro compromiso con la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán. También reiteró nuestro compromiso bajo la Ley de Relaciones con Taiwán de proporcionarle los medios militares para defenderse», añadió el mensaje.
En los últimos meses, las tensiones entre Pekín y Washington parecen aumentar en vista de un posible cambio de postura del país norteamericano hacia el principio de una sola China. Desde Pekín señalan que últimamente EE.UU. «ha estado ‘mostrando sus músculos’ a las puertas de China, reuniendo círculos antichinos e incluso armando un escándalo por la cuestión de Taiwán y poniendo a prueba la línea roja».
El Departamento de Estado de EE.UU. modificó la página web dedicada a las relaciones entre Washington y Taipéi eliminando la frase sobre «reconocer a Taiwán como parte de China» del texto original.
Por su parte, desde el Ministerio de Exteriores chino calificaron esa decisión como «un intento de cambiar el ‘statu quo’ en el estrecho de Taiwán, lo que, inevitablemente, provocará un fuego que solo quemará» a EE.UU.
Entre el 6 y el 8 de mayo, el Mando del Teatro Oriental chino realizó ejercicios militares al este y al suroeste de la costa de la isla de Taiwán con participación de las fuerzas navales y aéreas.
En respuesta, el crucero estadounidense de misiles guiados USS Port Royal navegó a través del estrecho de Taiwán. Por esa maniobra, Pekín acusó a Washington de «intensificar deliberadamente las tensiones» en la región.
Taiwán se autogobierna con una administración propia y se muestra firme en su determinación de defender su soberanía con su «modo de vida democrático», mientras que Pekín considera a la isla como una provincia de la República Popular China, insistiendo en su política de una sola China y reiterando el discurso de la «reunificación» con el «errante que acabará volviendo a casa».
Aunque Washington no reconoce a Taiwán, mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones. La mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a Taiwán como parte integral de la República Popular China.