A pesar de los llamamientos de Amnistía Internacional (AI) para que los países suspendan las repatriaciones a Haití, el gobierno de Bahamas transportó a 250 migrantes en un buque de la RBDF que partió desde Inagua y llegó a un puerto en Cap-Haitien.
Asimismo, Munroe precisó que entre los migrantes repatriados está el grupo de 107 haitianos que fueron interceptados en aguas bahameñas el pasado miércoles.
Por su parte, el primer ministro de Bahamas, Phillip Davis, informó en un mensaje radiofónico que su gobierno implantó «medidas significativas» para proteger las fronteras del país ante la «gravísima» situación de crisis que está atravesando Haití y afirmó que por seguridad no podían recibir haitianos.
Al menos siete cadáveres aparecieron en las calles de Petion-ville, en las colinas de la capital de Haití, dos días después de que al menos otras quince personas fueran encontradas muertas en la misma zona.
Todo ello se produce después de la reciente fuga de unos 3.000 presos de dos cárceles de Puerto Príncipe, entre ellos jefes de bandas que habrían recuperado el control de sus territorios.
La actividad comercial se paralizó en el área metropolitana de la capital, donde bancos, escuelas, instituciones públicas, empresas privadas y supermercados mantuvieron sus puertas cerradas, al tiempo que se formaban grandes filas en los surtidores de gasolina.
Mientras tanto, se sigue a la espera de que se dé por constituido el consejo presidencial de transición, tras cuya implementación dejará el poder el primer ministro haitiano, Ariel Henry.