Misiles rusos impactaron el jueves en una ciudad del centro de Ucrania, provocando la muerte de por lo menos 23 personas y heridas a más de 100, según las autoridades ucranianas.
Funcionarios dijeron que los misiles crucero Kalibr lanzados desde un submarino ruso en el Mar Negro alcanzaron blancos civiles en Vinnytsia, 268 kilómetros (167 millas) al suroeste de Kiev. El gobernador de la región de Vinnytsia, Serhiy Borzov, dijo que la defensa antiaérea derribó dos de los cuatro misiles lanzados.
El jefe de la policía nacional, Ihor Klymenko, dijo que sólo se habían identificado seis cuerpos hasta el momento, mientras que 39 personas seguían desaparecidas. Entre los muertos hay tres niños. De las 66 personas hospitalizadas, cinco continúan en estado grave, y 34 sufrieron heridas graves, informó el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania.
“Había un edificio de una organización médica. Cuando lo alcanzó el primer cohete, cayeron vidrios de mis ventanas”, dijo Svitkana Kubas, una residente de 74 años. “Y cuando llegó la segunda ola, fue tan ensordecedora que todavía zumba mi cabeza. Arrancó la puerta externa”.
Además de impactar los edificios, los misiles provocaron un incendio que se extendió a 50 automóviles en un estacionamiento, según las autoridades.
“Se trata de misiles de gran precisión… Sabían qué estaban atacando”, dijo el gobernador Borzov a la AP.
Rusia negó haber atacado a civiles.
“Rusia sólo ataca objetivos militares en Ucrania. El ataque en Vinnytsia tuvo como objetivo una residencia de oficiales, donde se estaban llevando a cabo los preparativos de las fuerzas armadas ucranianas”, señaló Evgeny Varganov, miembro de la misión permanente de Rusia en la ONU, en un discurso ante la cámara.
Entre los edificios dañados en el ataque se encuentra la Casa de Oficiales, que es una sala de conciertos de la era soviética.
Margarita Simonyan, directora de la cadena de televisión rusa RT, dijo en su canal de Telegram que oficiales militares le dijeron que un edificio en Vinnytsia era el objetivo porque albergaba a “nazis” ucranianos.
El presidente Volodymyr Zelenskyy acusó a Rusia de atacar deliberadamente a población civil.
“Ningún otro país del mundo representa una amenaza terrorista tan grande como Rusia”, afirmó Zelenskyy en su discurso nocturno por vídeo. “Ningún otro país del mundo se permite cada día utilizar misiles crucero y artillería de cohetes para destruir ciudades y vidas humanas normales”.
Mientras tanto, funcionarios de gobierno de unos 40 países se reunieron en La Haya para discutir cómo coordinar los esfuerzos para investigar y juzgar posibles crímenes de guerra en Ucrania.
El ministro del Interior ucraniano, Denys Monastyrsky, compartió la postura de Zelenskyy y señaló que el ataque con misiles era un “crimen de guerra” destinado a intimidar a los ucranianos mientras las fuerzas del país resisten en el este.
Dijo que varias decenas de personas fueron detenidas para ser interrogadas bajo la sospecha de que las fuerzas rusas habían recibido ayuda de alguien sobre el terreno.
La embajada de Estados Unidos en Kiev emitió a última hora del jueves una alerta de seguridad en la que instaba a todos los ciudadanos estadounidenses que estuvieran en Ucrania a salir inmediatamente. La alerta, que parecía ser una respuesta al ataque de Vinnytsia, afirmaba que las grandes concentraciones y los eventos organizados “pueden servir como objetivos militares rusos en cualquier lugar de Ucrania, incluidas sus regiones occidentales”.
Vinnytsia es una de las ciudades más pobladas de Ucrania, con 370,000 habitantes antes de la guerra. Miles de personas del este de Ucrania, donde Rusia ha concentrado su ofensiva, han huido allí desde que los rusos invadieron Ucrania el 24 de febrero.