En lo que va del mes de febrero, Estados Unidos ha derribado cuatro “objetos voladores”. Uno de ellos correspondiente al supuesto y polémico globo espía chino y los otros tres a fenómenos aéreos no identificados (UAP, por su acrónimo en inglés). En las operaciones, como señalan desde El Pentágono, el país norteamericano ha alternado entre cazas F-22 y F-16, pero siempre ha utilizado misiles Sidewinder en su variante AIM-9X.
Puede resultar curioso que, habiendo tantos dispositivos de ataque aéreo, Estados Unidos haya repetido su elección, una y otra vez. La respuesta puede estar en las características de esta familia de misiles que data de mediados de la década de 1950, y que a lo largo de su historia ha demostrado ser la alternativa más fiable jamás desarrollada. Veamos un poco más en detalle qué ha sucedido con los Sidewinder.
El misil que cambió el combate aéreo
Durante la Segunda Guerra Mundial los pilotos de combate solían tener que acercarse demasiado a su objetivo para apuntar con precisión y alcanzarlos con sus armas. Como señala Western Standard, se utilizaba una amplia variedad de vertiginosas técnicas, las cuales requerían de una sorprendente pericia por parte de los pilotos. Pero cuando el Sidewinder entró en juego, cambiaron las reglas de la guerra aérea, haciéndola mucho más táctica.
Los Sidewinder AIM-9, explica la hoja informativa, son misiles aire-aire avanzados de corto alcance. Estos cuentan con matrices de búsqueda de calor que les permiten identificar y perseguir a sus objetivos más allá de alcance visual. El sistema, no obstante, está preparado para anticipar la posición futura del enemigo, calculando factores como su velocidad y dirección. Las ojivas, por su parte, detonan cuando se acercan a este.
El desarrollo oficial de estos misiles comenzó en 1946, en un proyecto que avanzaba gradualmente. En 1950, un año antes de que el proyecto recibiera un importante impulso con una inyección de financiación federal, recibió el nombre de Sidewinder. Este fue elegido en relación a la serpiente de cascabel ‘Crotalus cerastes’, muy común en Norteamérica, que identifica a sus presas de sangre caliente gracias al calor que emanan. En 1955, finalmente, empezó la producción.
La puesta en marcha oficial de los Sidewinder no tardó en llegar. En 1956 fue adoptado por la Marina de los Estados Unidos, que ese mismo año inauguró su uso operativo en aviones Grumman F9F-8 Cougars y FJ-3 Furies. Su introducción en la Fuerza Aérea, eso sí, se hizo esperar un tiempo. Después de poco más de una década, en 1964, fue adoptado por esta rama de las Fuerzas Armadas.
El debut de los Sidewinder ocurrió durante segunda crisis del estrecho de Taiwán. The Drive cuenta que la Fuerza Aérea de la República de China (Taiwán) fue la que utilizó los primeros misiles en el conflicto gracias a una asistencia militar recibida por Estados Unidos, que incluía aviones de combate F-86F Sabre con el armamento más moderno. Después, con el paso del tiempo, han sido utilizados en la Guerra de Vietnam y en operaciones como la ‘Tormenta del Desierto’.
La evolución del Sidewinder
Los misiles Sidewinder han ido evolucionando a lo largo del tiempo. Las mejoras se presentan en diferentes variantes, siendo la más moderna y avanzada la AIM-9X. En concreto, de acuerdo a la información oficial, esta versión es construida por el contratista estadounidense Raytheon. Tiene una longitud de 3,02 metros, un diámetro de 0,13 metros y un envergadura de 17,6 metros. Su peso de lanzamiento, incluyendo la ojiva de fragmentación granular, es de 84,7 kilogramos.
Cabe señalar que no se trata de un dispositivo de ataque aéreo exclusivo de Estados Unidos. Más de 40 naciones han dotado a sus fuerzas armadas con alguna de las variantes de este tipo de misil cuyo coste unitario ronda los 400.000 dólares. El Ejército del Aire y del Espacio de España dispone de las variantes AIM-9L y AIM-9JULI, que según sus características pueden lanzar desde los cazas EF-18 Hornet o Mirage F1. A nivel global se estima que se han construido más de 100.000 unidades de este misil.
Pero esta tecnología avanzada también traspasó fronteras de manera no oficial. Como decíamos, los Sidewinder debutaron en 1958 en un enfrentamiento entre la Fuerza Aérea PLA de China (PLAAF) y la Fuerza Aérea de la República de China (ROCAF). Para desgracia de Estados Unidos, uno de sus misiles quedó alojado en un MiG-17F de la PLAAF sin detonar, lo que permitió que los ingenieros chinos hicieran ingeniería inversa, según señala Eurasian Times.
Dadas las relaciones entre China y la Unión Soviética, los ingenieros soviéticos tuvieron acceso casi inmediato a esta tecnología. Así consiguieron copiar el sistema de seguimiento infrarrojo, la dirección de vuelo y los mecanismos de estabilidad para crear su propio misil llamado Vympel K-13. Este dispositivo de ataque aéreo entró en servicio en 1960, dos años después de que sus socios asiáticos capturaran el misil Sidewinder sin detonar.