Un devastador ataque terrorista perpetrado por el Estado Islámico golpeó la sala de conciertos Crocus City Hall en Krasnogorsk, a las afueras de Moscú, Rusia. Según las autoridades, al menos 143 personas perdieron la vida en este acto de violencia, aunque se teme que el número de víctimas pueda aumentar. Testimonios y videos compartidos en redes sociales muestran escenas de caos y terror mientras la gente huye del lugar y el humo se eleva desde el edificio. Los terroristas, vestidos con ropa de camuflaje, abrieron fuego indiscriminadamente dentro del recinto utilizando fusiles de asalto Kalashnikov, dejando un rastro de muerte y destrucción.
Las fuerzas de seguridad rusas continúan la búsqueda de los perpetradores del ataque, mientras que los servicios de emergencia se esfuerzan por evacuar a los civiles y evaluar el alcance de los daños en el edificio. El presidente Vladimir Putin expresó sus condolencias a las víctimas y agradeció el trabajo de los equipos médicos. Se ha iniciado una investigación penal sobre el incidente bajo la sospecha de un acto terrorista, y se han reforzado las medidas de seguridad en toda la región.
Este trágico suceso ha conmocionado a Rusia y ha llevado a la suspensión de todas las actividades masivas en la capital, así como a un aumento de la vigilancia en los aeropuertos locales. Las autoridades locales han tomado medidas para garantizar la seguridad pública y han recibido muestras de solidaridad y apoyo internacional. Sin embargo, el ataque ha avivado preocupaciones sobre la seguridad en el país y ha generado un llamado a la condena unánime de la comunidad internacional contra el terrorismo.