Anthony Davis viene de protagonizar la que quizás sea su temporada de peores sensaciones desde su explosión como superestrella. Aunque los números están ahí, sus estragos con el tiro y la falta de agresividad que prometió antes del inicio del curso hicieron que ciertos sectores arqueasen la ceja con él. No obstante, su gran pero sigue siendo su continuidad física. Davis se volvió a perder más de la mitad del curso tras disputar solo 36 encuentros en la 2021-22 entre unas cosas u otras. Él mismo sabe que es el mayor debe de su carrera, y este verano lo ha intentado solventar. «Quiero tener un año sano y demostrar de lo que somos capaces» le cuenta a Chris Haynes en Yahoo Sports.
Para ello se ha empleado a fondo en el trabajo físico del verano. «Me he centrado en fortalecer mi cuerpo. Tengo que estar en la cancha [sin lesiones] y sacar mi mejor versión para que el equipo también la pueda alcanzar. Estoy preparado para hacerlo». Estos días de vuelta al primer plano mediático, el ala-pívot ya reportó haber sufrido problemas de muñeca que afectaron a su tiro durante toda la temporada y de los que asegura estar ya recuperado. Además de esto el jugador sufrió una lesión de rodilla y un esguince de tobillo que le dejaron 42 partidos en el dique seco.
Con todo el trabajo, Davis sabe que no puede controlar este tipo de cosas completamente. «Lo único que puedo hacer es guiar con el ejemplo». Abría su entrevista diciendo que tenía «la piel de gallina» ante la excitación de la nueva temporada, y la cerraba apuntando a la defensa como la clave del éxito de los Lakers.