La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado a los países europeos que se preparen para posibles brotes de dengue una vez que pasen las olas de calor que se están viviendo en distintas partes del continente, ya que estas condiciones climáticas podrían favorecer la propagación del mosquito vector de esta enfermedad.
El dengue, que antes se encontraba principalmente en zonas tropicales, ha comenzado a extenderse a latitudes donde antes no existía debido al cambio climático. Tanto los episodios de lluvia como de sequía son factores favorables para la expansión del mosquito Aedes Aegypti, el principal vector del dengue.
El riesgo de reproducción del mosquito es bajo en zonas donde se superan los 40 grados Celsius, ya que a estas temperaturas el mosquito está activo y pica durante el día, pero si vuela a tales temperaturas, muere. Sin embargo, tanto las sequías como las lluvias intensas crean situaciones propicias para el mosquito, ya que las familias suelen almacenar agua en recipientes durante las sequías y el agua se empoza durante las lluvias, proporcionando lugares ideales para la reproducción del mosquito.
La OMS insta a los gobiernos a desarrollar planes de acción para una rápida detección y monitoreo de síntomas entre la población. También hace hincapié en que las comunidades deben limpiar el agua estancada en sus casas para evitar la reproducción de los mosquitos.
El dengue ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años debido a factores como la globalización, los viajes internacionales, los cambios socioeconómicos y el asentamiento humano, además del cambio climático. Los viajeros a menudo transportan el virus del dengue entre países, y en Europa, la mayoría de los casos están relacionados con los viajes. La idoneidad climática para la transmisión del dengue dentro de Europa ya está aumentando, y se prevé que las temperaturas más altas en el futuro crearán condiciones aún más favorables para el mosquito del dengue en varias partes de Europa central.