Alemania: el dilema alemán | Opinión

La economía alemana ha esquivado la recesión en el tercer trimestre. El PIB ha crecido 0.1%, un récord notable después de la caída de 0.2% entre abril y junio. Pero el problema de Alemania, como el de la eurozona, que creció un exiguo 0.2% trimestral, es que el crecimiento sigue siendo débil, que esta desaceleración probablemente se extenderá durante los próximos dos trimestres y que la política de contención del presupuesto puede no ser más tiempo suficiente para garantizar un crecimiento sostenido y apreciable durante el próximo bienio. No hay recesión, pero la desaceleración puede ser profunda porque implica que la industria, tanto en Europa como en Alemania, está en crisis.

El hecho de que Alemania haya evitado la recesión se presta a dos interpretaciones. Primero, representa un alivio político para el gobierno alemán. No tendrá que enfrentar la tarea espinosa de explicar una recesión. En segunda instancia, significa que no hay razones imperiosas que justifiquen la aplicación de políticas de estímulo presupuestario, es decir, más inversión pública y más gasto. Los responsables de la política económica alemana pueden verse tentados a interpretar que la tasa de crecimiento solo pasa por un bache.

Pero la sensación de alivio es engañosa. La desaceleración mundial es un hecho, el ciclo está en su fase descendente, las amenazas de proteccionismo comercial y Brexit no se disipan y la crisis automovilística es inquietante para Alemania. Berlín también tiene el compromiso, no menos real porque no está escrito, de liderar los esfuerzos para recuperar el crecimiento en la eurozona. Las organizaciones internacionales acuerdan que los países con excedentes fiscales deben participar en un esfuerzo de gasto para favorecer el crecimiento de las economías en el área con altos déficits; Alemania con más razón, porque tiene mayor capacidad de empuje.

Hay razones, entonces, para exigir que Berlín reconozca la verdadera desaceleración y rompa con la inercia de una política de gasto limitado, si no contractual. En beneficio de los alemanes y el resto de los europeos.

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