El veterano entrenador de baloncesto, Billy Donovan, vio algo en el dominicano Al Horford cuando tenía 17 años de edad, que no todos los niños de esa edad poseen, la vergüenza deportiva y preocupación por ganar.
Donovan fue el dirigente de Horford en la Universidad de Florida, donde ganó dos títulos nacionales en su estadía de cuatro años.
El coach Donovan vio a Horford jugar en el Torneo Adidas Big Time en Las Vegas cuando salía de la secundaria y luego de perder un partido de un equipo mejor que el suyo por una amplía ventaja, ese jovencito de apenas 17 años de edad estaba desconsolado, por que había perdido la final, eso le llamó la atención a Donovan del dominicano y lo motivó a reclutarlo para los Gators.
Horford recuerda ese día, en medio de la primera serie final de la NBA para un jugador dominicano como si fuera hoy.
“Lo recuerdo muy vívidamente», dice Horford. «Para mí, soy un gran competidor. La gente canaliza eso de diferentes maneras. Pero odio perder, y es algo que realmente me motiva”, agregó.
La historia de Donovan y Horford es interesante, los equipos del 2006 y 2007 dirigidos por Donovan y comandados en la cancha por el dominicano, son los últimos dos planteles en repetir campeonatos nacionales en la NCAA.
Horford ha tenido una carrera exitosa en la NBA, pero le falta la cereza en el pastel, el título de campeón de la liga, pasaron 15 temporadas y 141 partidos de postemporada para que la oportunidad llegara y la está viviendo ante uno de las mejores organizaciones en los últimos diez años, los Golden State Warriors.
El año pasado fue complicado para Al, vio los playoffs desde su casa por televisión y con la interrogante si tendría la oportunidad de vivir algo como lo que se está viviendo en esta final del aniversario 75 de la mejor liga del mundo.
Cuando Horford firmó con los Celtics en 2016, fue un momento fundamental para la franquicia.
Después de una batalla de agencia libre que se redujo a los Celtics y los Washington Wizards la decisión de Horford de unirse a Boston, una ciudad que no había ganado batallas de reclutamiento en el pasado, ayudó a sentar las bases para que llegaran jugadores del calibre de Gordon Hayward y Kyrie Irving.
La versatilidad del dominicano en ambos lados de la cancha ayudó a llevar a Boston a las finales del Este en 2016-17 y 2017-18.
En el verano de 2019, Horford optó por rescindir su contrato, sorprendiendo al mundo de la NBA al dejar a los Celtics por los rivales divisionales 76ers, que ya tenían al centro estrella Joel Embiid en su nómina.
«Siempre he sido fanático de Joel y de todo lo que trae dentro y fuera de la cancha. Hubo grandes batallas», dijo Horford durante su conferencia de prensa introductoria. «Cuando se presentó esta oportunidad y la posibilidad de asociarme con él, me entusiasmó mucho el potencial».
Unos meses más tarde, en medio de una torpe asociación en cancha junto a Embiid, Horford cambió de tono.
Horford se desempeñó bien en sus periodos como centro cuando Embiid no estaba en la cancha, asociándose bien con el armador Ben Simmons, pero eso no era algo definitivo y tuvo problemas para adaptarse a su nueva realidad como creador de espacio; disparó solo para 31.8% desde 3 puntos esa temporada.
El entrenador actual de los Celtics, Ime Udoka, quien fue asistente en Filadelfia esa temporada, dijo que el papel de Horford en Boston es muy diferente al de los 76ers, y admitió que fue un ajuste incómodo desde el principio.
Daryl Morey, en su primer movimiento como presidente de operaciones de baloncesto en Filadelfia lo envió junto con una selección de primera ronda, al Thunder de Oklahoma en un acuerdo la noche de draft a cambio del guard, Danny Green.
En Oklahoma City, el futuro de Horford se volvió aún más incierto.
La llegada de Horford al Thunder fue parte de un reinicio completo de la franquicia en el cual Al no encajaba y aunque demostró que podía ser titular, no era lo que necesitaba Oklahoma en su plantel en ese momento y lo enviaron a su casa.
En Boston las cosas no caminaban bien, perdieron ante los Brooklyn Nets en primera ronda de los playoffs luego de jugar para .500 (36-36) en la serie regular, Danny Ainge, que era el presidente de operaciones de baloncesto dejó la franquicia y Brad Stevens pasó a la oficina luego de ocho años en el banquillo como dirigente.
El primer movimiento de Stevens fue traer de vuelta a Al, enviando a Kemba Walker a Oklahoma, junto a una selección de primera ronda, algo que le salvó la carrera.
“Cuando recibí la llamada de Brad, fue muy, muy emocionante”, dijo Horford durante el día de prensa de las Finales de la NBA. “Recuerdo que conducía a casa con mi familia después de visitar a mi madre en Atlanta, y recibimos la llamada. Estábamos todos gritando en el auto…”.
“Fue un momento muy feliz para mi familia en ese momento, como para mí, había regresado a donde quería estar” comentó.
El movimiento de Stevens ha sido positivo hasta el momento, en la previa del juego cuatro de la serie final, Horford y el grupo que armó están a solo dos partidos de darle el primer título a la organización desde el 2008, el 18 en la historia de la franquicia que los convertiría una vez más en el equipo más ganador de la historia de la liga, dejando detrás a Los Ángeles Lakers que al igual que ellos tienen 17 campeonatos.