Si no somos conscientes de lo que hacemos individualmente, jamás podremos serlo en lo colectivo.
La sequía que afecta la isla, según las estimaciones meteorológicas, podría durar dos o tres meses más y, ¿Qué se está haciendo para reducir el despilfarro y disminuir el consumo?, nada.
Esporádicamente, algún funcionario o ambientalista, habla de ahorrar y se llama a la población a hacerlo, como si existiera la capacidad y la disposición para unirnos en un propósito.
Los únicos que racionan el agua, son aquellos que no la reciben regularmente y de esos, quizás quienes costean el llenado de cisternas o tanques.
Y está claro que ahorrar ese líquido tan preciado no resulta sencillo y menos para quienes nacieron teniéndolo a su disposición.
Lavar autos, regar jardines, llenar piscinas, aprender a no malgastarla a la hora de bañarnos, todo eso es una utopía, hay que aplicar regulaciones forzosas, sustentadas en la represión de la ley.