Euclides Gutiérrez Félix describe la batalla del Hotel Matum como la última batalla del inmortal levantamiento militar y popular que se inició el 24 de abril de 1965.
Al cumplirse 57 años de la Batalla del Matum, el historiador y dirigente político Euclides Gutiérrez Félix definió este episodio como un recuerdo glorioso en la historia militar del pueblo dominicano, que ha sido en su difícil trayectoria como nación, uno de los pueblos más valientes, aguerridos y firme del mundo.
Gutiérrez Félix, miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, explicó que esta fue la última batalla del inmortal levantamiento militar y popular que se inició el 24 de abril de 1965.
“En aquel día inolvidable del 19 de diciembre de 1965, la delegación que bajo la presidencia del Coronel Francisco A. Caamaño Deñó se había trasladado a Santiago, para rendirle homenaje al Coronel Rafael Fernández Domínguez, cuyos restos reposan en el Cementerio Municipal de esa ciudad, fuimos víctimas de un traicionero y alevoso ataque”, relató Félix en su artículo “Un recuerdo glorioso I” publicado en Vanguardia del Pueblo Digital.
Apuntó que ese ataque se había organizado por mandato del General del Ejército estadounidense Bruce Palmer, jefe de las tropas de ocupación que permanecían en territorio dominicano desde el 28 de abril de ese año.
Reseñó que en el momento que se encontraban en el Cementerio Municipal, soldados dominicanos desde un edificio contiguo, dispararon contra la gran concurrencia que allí se encontraba integrada por un gran número de las figuras del Gobierno de la República en Armas, que había presidido el Coronel Caamaño Deñó.
“El objetivo de esa agresión iba más allá porque tenía como fin la muerte de Caamaño y de muchos de los que allí lo acompañábamos”, resaltó Gutiérrez Félix.
Recordó que en ese lugar se encontraba el Coronel Manuel Ramón Montes Arache y veinte soldados de sus excepcionales «Hombres Rana», quienes respondieron al ataque y persiguieron a los cuatro hombres que los habían atacado, dejando en su huida cuatro fusiles Fal, con los que había realizado la agresión.
“Decidimos entonces marchar hacia el Hotel Matum donde cientos de personas, mujeres, niños y hombres nos esperaban para saludar y aplaudir al Coronel Caamaño y sus acompañantes”, detalló.
Dijo que una vez en el hotel, el Coronel Caamaño invitó a Héctor Aristy, el Coronel Lora Fernández y al autor de esta columna al fondo del patio interno cerca de la piscina; “allí conversábamos en relación con las medidas que debíamos tomar después del ataque que habíamos sufrido durante la permanencia en el Cementerio Municipal”.