Y por cuarta vez en sus 60 años de vida, su nombre está allí, entre los candidatos al Oscar, premio mayor de Hollywood. Cuatro nominaciones -1990 como Mejor actor por Nacido el 4 de Julio, 1997 por Jerry Maguire, 2000 como Mejor Actor de Reparto por Magnolia y en 2023 como Mejor Película por Top Gun: Maverick-, pero hasta hoy ninguna estatuilla dorada. Sin embargo, Tom Cruise no es un hombre que se da fácilmente por vencido. Es actor, productor, creador de sus propios éxitos. Y no solo eso, también les pone el cuerpo. Para hacerlo, sigue un estilo de vida saludable: no fuma, no bebe, es un gran amante del deporte y lleva una alimentación a medida. Pero además, guarda ciertos ritos muy privados que hacen de él un eterno adonis.
¿Cuáles son los secretos de su eterna juventud? Repasemos su historia.
Del sacerdocio a la pantalla
En 1976, si se le hubiera dicho a Thomas Cruise Mapother IV -su verdadero nombre-, estudiante de seminario franciscano, que en un futuro sería una de las 100 mejores estrellas de cine de todos los tiempos, probablemente habría sonreído y contestado que su ambición era unirse al sacerdocio. No obstante, este joven sensible y religioso que nació el 3 de julio de 1962 en Syracuse, Nueva York, estaba destinado a convertirse en uno de los actores mejor pagados y más buscados de la historia del cine.
Tom Cruise tuvo un comienzo de vida difícil. Su madre, Mary Lee, dejó a su padre cuando Tom tenía 12. “Tuve trabajos remunerados desde que tenía 8 años: cortando pasto, rastrillando hojas, repartiendo periódicos, vendiendo tarjetas de Pascua y de Navidad”, declaró Tom a Playboy, haciendo referencia a la dura infancia que le tocó, tras quedarse con su madre desempleada y cuatro hijos que alimentar. Fue él quien salió a trabajar y a rebuscárselas para que la familia llegara a fin de mes.
La realidad es que Cruise nunca tuvo sentimientos profundos por su papá, de quien estuvo distanciado a partir de la separación de sus padres. “Era un abusador y un cobarde. Ese tipo de persona que, si algo va mal, te da una patada. Fue una gran lección en mi vida: te endulzaba, te hacía sentir seguro y luego, ¡bang! Para mí, fue como, ‘hay algo mal con este tipo. No confíes en él. Ten cuidado con él’”, expresó el actor a Parade.
Cuando a los 9 años se trasladó a vivir con su familia a Ottawa, Canadá, tuvo su primer contacto con la actuación. Justo un año después de la mudanza, Cruise representó a su escuela, Robert Hopkins, en un festival de teatro local. El profesor de teatro George Steinburg recuerda en el libro de Andrew Morton, Tom Cruise: una biografía no autorizada, que “tenía una buena energía bruta que había que canalizar. Se notaba que tenía talento”.
Cruise actuó en múltiples papeles durante su estancia allí, que abarcó desde los 8 hasta los 11 años, y causó una impresión memorable con cada uno de ellos. La profesora Wendy Santo declaró al Ottawa Citizen: “Hacía de sol. Recuerdo que cuando ese niño subía al escenario, había algo en su presentación y en su forma de posar. Sabías que era diferente”. Y claro está que lo era…
Su pasión por la cienciología
Además de ser una estrella de cine, Tom Cuise es famoso por su devoción en la cienciología. Fue introducido en la controvertida religión por su primera esposa, Mimi Rogers, y con el paso de las décadas, se convirtió en su seguidor más destacado. “Es algo que me ha ayudado increíblemente en mi vida. Soy cienciólogo desde hace más de 30 años… Sin ello, no estaría donde estoy”, dijo a ITV.
La calificó como una “hermosa religión”, señalando su orgullo por su fe. Cruise fue cristiando devoto, criado como católico romano. De hecho, a los 14 años estaba camino a ser sacerdote cuando asistía al Seminario de San Francisco en Ohio. Su compañero de clase, Shane Dempler, declaró a New York Daily News: “Tenía una fe católica muy fuerte. Íbamos a misa, pasábamos tiempo en la capilla y disfrutábamos escuchando las historias de los sacerdotes. Pensábamos que ellos tenían un gran estilo de vida y estábamos interesados en el sacerdocio”.
Pero es claro que la vida en la iglesia no iba a ser así, ya que Tom tenía en mente más la fiesta que el sacerdocio. Dempler afirma que se les pidió que no volvieran al colegio después de que robaran alcohol a algunos de los religiosos.
Tomando sus propios riesgos
Cuando los efectos especiales alcanzaron la fama en la década de 1990, Tom Cruise no se subió a la moda. En lugar de ello, se lanzó al vacío literalmente, haciéndose famoso por realizar la mayoría de sus propias acrobacias. “Tiene que ver con la presentación de historias… Nos permite poner las cámaras en lugares que normalmente no se pueden hacer”, explicó en The Graham Norton Show.
En El último samurai, Cruise interpretó a un asesor militar estadounidense contratado para entrenar a soldados japoneses. “Trabajé durante ocho meses para ponerme”, dijo a Entertainment Tonight. El actor pasó la mayor parte del año estudiando cómo convertirse en un samurái, no sólo aprendiendo prácticas de artes marciales, sino también el idioma que requería. “Aprendí kendo, artes marciales japonesas y todo tipo de manejo de armas. No sólo tenía que montar a caballo, sino que luchar con eficacia mientras montaba. Estudié japonés […] He aprendido Bushido. En lo que respecta al entrenamiento, lo que sea, lo he hecho”.
Con los años, se colgó de un avión en vuelo, aguantó la respiración bajo el agua por más de seis minutos, y mucho más. El director Christopher McQuarrie declaró a The New York Times que considera que la persecución en helicóptero de Misión Imposible: Repercusión es la maniobra más espeluznante de Cruise. Dijo: “Tom atravesó cañones y barrancos. Había uno en el que las palas del rotor estaban a pocos metros de las paredes de roca, a los lados. Era como volar a través de un armario de escobas”.
Irónicamente, se rompió el tobillo mientras realizaba lo que, según dijo a Jimmy Fallon, era un salto “fácil” en el rodaje. Pero para Tom, todo es una buena diversión.
Deporte como un estilo de vida
Para el recientemente premiado con la codiciada Palma de Oro de La Croissette, el ejercicio siempre fue algo fundamental en sus rutinas. Ejercicios con pesas, correr y escalar son una constante en sus días, además de sus aptitudes para el buceo y la esgrima, algunos de los deportes en los cuales el actor es aficionado. De hecho, cuando para su última película Top Gun: Maverick se tuvo que someter a un entrenamiento especial y así poder participar en las escenas de riesgo, sin requerir de un doble, no sólo le resultó habitual sino que placentero. “La primera vez que se realiza una acrobacia es angustiosa, pero también es estimulante. Me tuvieron que pedir varias veces en el rodaje de una acrobacia que dejara de sonreír”, confesó en The Graham Norton Show.
También a Cruise le apasionan los deportes al aire libre, como el kayak, ya que, según él mismo, intenta incorporar actividades y entrenamientos enfocados en darle energía, fuerza y resistencia, que también necesita para realizar sus escenas de acción y trucos peligrosos. La clave para que sus músculos dejen de envejecer, reveló el actor, es combinar cardio con ejercicios de fuerza y otras actividades al aire libre.
El secreto de su “baby face”
Los rumores de que la estrella se había operado la nariz comenzaron en 2012, pero cuando la revista Playboy le preguntó si lo había hecho, respondió: “No lo hice y nunca lo haré”. Pero su amigo y compañero en la inolvidable Jerry Maguire, Cuba Gooding Jr avivó las llamas al insistir en que Tom “absolutamente” se había hecho algo en la cara. “No sé qué se hizo, pero recuerdo que un día lo sorprendí en su casa y tenía todos puntos en la cara. Yo me quedé como ‘¿estás bien?’ y él contestó, ‘no sabía que vendrías’ y yo estaba como, ‘puedo ver por qué’”, confesó Cuba en un programa de televisión.
El asunto de sus cirugías es realmente un misterio. Aunque, según el ojo de expertos, probablemente Cruise se haya sometido a algún retoque estético -bótox, hilos tensores y rellenos con ácido hialurónico-, para suavizar las arrugas de un sexagenario. Incluso se podría haber hecho un lifting facial, pero su antídoto mejor guardado es el hielo. Según National Enquirer, Tom tiene una rutina que sigue por la mañana y por la noche, que comienza por sumergir su cara en agua helada por alrededor de 60 segundos. Luego realiza una doble limpieza que le lleva media hora: aplica tónico, suero facial, suero para los ojos, crema para los ojos, humectante facial y una crema para el cuello.
Y claro que una sonrisa resplandeciente es el broche de oro de su cara perfecta. Es notorio que a lo largo de los años Tom Cruise se ocupó de evolucionar positivamente a este nivel: se cambió varias veces las coronas, usó brackets, se hizo blanqueamientos dentales y hasta es evidente que se agregaron carillas para hacer que su deslumbrante sonrisa fuera aún más blanca. Algunos la tildan de imperfecta o “poco simétrica” pero la realidad es que su frescura aporta a su fórmula de la juventud eterna.
Ni un pelo de tonto
Su melena siempre le aportó un aspecto juvenil, tanto por su densidad como por su color impoluto. Algunas revistas afirman que el hombre de Vanilla Sky se sometió a un trasplante de cabello. Los entendidos reconocen que estos microinjertos fueron realizados en intervalos continuos, para disimular los cambios bruscos en su imagen. También se dice que recurre a tratamientos menos invasivos como la mesoterapia capilar. En realidad, hay poca evidencia, si es que hay alguna, que respalde ésta u otra afirmación de que se está sometiendo a una terapia con láser de bajo nivel. De hecho, un representante de Cruise refutó la afirmación y la describió como ridícula.
El gran misterio es el tono perdurable de su cabellera: exacto al que lucía en sus comienzos. Alguna vez se mencionó sobre una pócima secreta que aplica para mantener el color pero son secretos que Tom se llevará con él o, tal vez, se deba a un verdadero caso de Benjamin Button a nivel capilar.
La dieta de Beckham
Si hay algo que el intérprete de Misión Imposible tiene claro es que con mover el cuerpo no basta. Para eso, Cruise sigue una dieta de quince comidas medidas a lo largo del día, preparadas por sus chefs personalizados, para nunca quedarse sin energía pero tampoco andar demasiado lleno. La alimentación se basa en proteínas, como carnes y pescados, y reducidos hidratos de carbono y azúcares. Su dieta está inspirada en la de David Beckham, la cual consiste en consumir alrededor de 1.200 calorías diarias.
Una bomba de tiempo en el amor
El comportamiento alarmante de Cruise también afectó a su vida amorosa, como su divorcio de su tercera esposa Katie Holmes el cual finalizó con una espantosa batalla por la custodia de su hija Suri que, finalmente, ganó la madre. Katie no sólo se cansó de que Tom le dijera qué ropa tenía que usar o a quién frecuentar, también se dio cuenta de que las creencias fanáticas de su marido eran peligrosas para Suri. En varios reportajes la actriz declaró que no quería que la iglesia le lavara el cerebro a su hija. Así que luego de 6 años, Holmes decidió terminar ese matrimonio.
Pero la reputación de Tom como controlador comenzó mucho antes de casarse con Holmes, justamente con su segunda esposa Nicole Kidman. Luego de 11 años de una vida familiar, y dos hijos adoptados, Cruise la tomó por sorpresa al pedirle el divorcio. Se rumoreó que el actor tuvo una relación con Penélope Cruz mientras estaba casado con Nicole. De todos modos, Kidman no parecía estar feliz con su matrimonio: los problemas de control de Cruise no eran un secreto. La australiana no podía usar tacos altos para no dañar el ego frágil de su marido -bastante más bajo que ella-, y como pudo verse en algunas entrevistas públicas se notaba que debía cuidar sus palabras. Luego de separarse, Kidman dio a entender que debía vivir bajo la sombra de su ex: “Íbamos a los Oscar y pensaba ‘estoy aquí para apoyarlo’. Sentía que mi deber era ponerme un bello vestido y ser observada pero no escuchada”. La decisión abrupta de Tom de dejar a su mujer fue impulsada precisamente por sus convicciones religiosas. Lo más inquietante es que al parecer Cruise intervino el teléfono de Kidman mientras atravesaban el divorcio.
El más amado, el más odiado
Se ha tildado a Cruise como narcisista, controlador y, entre sus colegas incluso, poco talentoso, aunque esto último parece ser más que nada un tema de celos. Las celebrities que lo odian lo acusan de tener un ego inflado, como Brad Pitt, su coprotagonista en Entrevista con el vampiro, que dijo que Cruise le pareció arrogante e irritante. “Llegó un momento en la filmación en que comencé a tenerle rencor; había una competencia latente que obstruía cualquier conversación real”, confesó Pitt. Esa fue la última vez que trabajaron juntos, y en Hollywood todos saben que los galanes todavía evitan cruzarse.
También fue comentada una situación desagradable en el set de Misión Imposible II. La actriz Thandiwe Newton describió su experiencia con Cruise como una “pesadilla”, dijo que era un “sabelotodo” que dominaba a los demás. “Tom es una persona dominante. Creo que tiene esta idea de que sólo él puede hacer las cosas de la mejor manera”. Luego Newton se negó a hacer comentarios sobre sus declaraciones, lo que dio por sobreentendido que le tenía miedo a posibles represalias del actor.
Por el 2006, criticó públicamente a Brooke Shields por tomar medicación para su depresión posparto, dijo que las vitaminas y el ejercicio hubieran funcionado mejor. A lo que Shields contestó que Tom debería limitarse a salvar el mundo de los alienígenas y dejar en paz a las mujeres que atravesaron un parto. El actor empecinado en defender su postura, apareció en Today y declaró: “La psiquiatría es una pseudociencia. No existe el desequilibrio químico”.
En un incidente más reciente, se supo que en 2021 durante la filmación de Misión Imposible cuando Tom vio a dos integrantes del equipo muy cerca uno del otro enloqueció, se puso furioso y se filtraron audios de su ataque de ira, donde explícitamente se lo escuchaba gritar: “¡No quiero que vuelva a suceder nunca! Y si no obedecen, están despedidos”. El propio Cruise no expresó un mínimo de remordimiento por su explosión de gritos: “Dije lo que dije”, fue todo lo que mencionó al respecto.
En cambio, otras celebridades opinan que el protagonista de Top Gun es un hombre muy amable, como Val Kilmer, su rival en la ficción de dicha saga. Aunque en un principio los actores tuvieron una enemistad en la vida real, Kilmer luego aclaró que esa competencia fue generada a propósito y que sólo buscaban que la actuación fuera más descarnada. Así que cuando Val supo que se realizaría una secuela de la película, quiso formar parte otra vez; el único problema fue que luego de su lucha de siete años contra un cáncer Kilmer perdió la voz. Pero no se imaginaba que Cruise había estado trabajando detrás de escena para sumarlo al equipo: Tom insistió en que sólo aceptaría actuar en Top Gun: Maverick si Val también lo hacía, y encontraron la manera de traer de regreso a Kilmer. De no ser por Cruise, probablemente no hubiera tenido la oportunidad.
Ahora el mundo dará su veredicto el 12 de marzo en la entrega de la estatuilla más anhelada por la industria del cine, en cuanto se sepa si Tom Cuise y su flamante película son merecedores de tan deseado premio.