La esposa del presidente de Estados Unidos tiene carcinoma de células basales, que representa el 80 por ciento de los diagnósticos.
La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, fue sometida el miércoles 11 de enero a una intervención quirúrgica en la que le fueron extirpadas dos lesiones cancerosas de la piel. Según la información oficial, los médicos lograron eliminar por completo todo el tejido en ambos sectores.
La esposa del Presidente estadounidense fue ingresada de manera programada en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed y fue dada de alta unas horas más tarde. La intervención a la que fue sometida se conoce como cirugía de Mohs, dijo el médico presidencial, Kevin O’Connor.
En forma inicial, a Jill Biden se le iba a extirpar una lesión sobre su ojo derecho, pero durante ese procedimiento, los médicos confirmaron que la lesión era carcinoma de células basales, que es la forma más común de cáncer entre los diagnosticados en Estados Unidos, pero los médicos detectaron otra lesión en el lado izquierdo del pecho y evaluaron un diagnóstico similar, agregó O’Connor. También en este caso fue eliminado por el mismo método.
Asimismo, los profesionales identificaron durante el procedimiento una pequeña lesión en el párpado izquierdo de Biden, pero no lograron concluir si se trata del mismo tipo de carcinoma. La decisión médica fue quitarlo y enviarlo a un laboratorio para un “examen microscópico estándar”.
En Estados Unidos se espera que uno de cada cinco habitantes lo desarrolle en el transcurso de su vida. Es el tipo más común en el ser humano y una de sus causas más importantes es la exposición al sol sin protección, así como a las camas solares. Otras causas menos frecuentes son la exposición repetida a rayos X, la presencia de cicatrices por quemaduras severas, la exposición ambiental al arsénico y antecedentes familiares de cáncer de piel.
La Sociedad Americana del Cáncer informó que los cánceres de células basales y de células escamosas son los dos tipos más comunes y aparecen en áreas expuestas al sol, como la cara, la cabeza y el cuello. En Estados Unidos entre esos dos tipos de cáncer se diagnostican en más de 3,3 millones de casos cada año.
Los cánceres de células basales tienden a crecer muy lentamente y es muy poco probable que se propaguen, dijeron los médicos. Pueden aparecer como un crecimiento inusual en la piel.
¿Qué es la cirugía de Mohs?
La cirugía de Mohs, un procedimiento desarrollado a fines de la década de 1930 por el cirujano Frederic Mohs, se considera un tratamiento eficaz para eliminar los carcinomas de células basales y escamosas.
“El carcinoma de células basales es el más frecuente de los cánceres del ser humano, y representa aproximadamente 80% del total de los cánceres de piel. También es el menos agresivo, generalmente su conducta biológica es lenta, solo de crecimiento local, y las metástasis son muy raras”, expresó el doctor Abel González, consultor en la Unidad de Cirugía de Mohs en el Instituto Ángel H. Roffo y director de la Unidad de Oncología Cutánea y Cirugía de Mohs en el Instituto Médico Especializado Alexander Fleming.
Ahora bien, ¿qué tipo de intervención es es la cirugía de Mohs? “Se basa en el estudio histológico del 100% de los márgenes quirúrgicos durante la cirugía. Esto significa que al terminar la extirpación de los tumores el cirujano de Mohs tiene la certeza de que el tumor fue extirpado completamente. La reaparición de tumores operados con esta técnica (recidiva) es apenas del 1 al 4%, en cambio con la cirugía convencional varía entre 10 y 15%.”, agregó González.
Jill Biden ha sido una fiel promotora de la prevención del cáncer y apareció en varias campañas para el Instituto Nacional del Cáncer. En ese mismo sentido, el presidente Joe Biden siempre consideró que encontrar una cura es una de sus prioridades, por lo que ha participado, también, de múltiples campañas.
Por otro lado, en una charla en el Sylvester Comprehensive Cáncer Center de la Universidad de Miami, Jill Biden hizo referencia a la importancia de los controles médicos anuales, que permiten prevenir y detectar los casos antes de que se tornen de gravedad. “La detección temprana es clave porque si lo se detecta temprano hay muchas más posibilidades de sobrevivir al cáncer”, mencionó en ese entonces.