El Gobierno de Dina Boluarte decretó este martes el toque de queda en la ciudad de Puno, provincia y departamento homónimo, ante las protestas antigubernamentales y los enfrentamientos entre civiles y fuerzas de seguridad registrados el lunes, los cuales dejaron al menos 17 víctimas fatales.
«El día de hoy se aprobó en Consejo de Ministros un decreto supremo que declara la inmovilización social obligatoria en Puno por el plazo de tres días, desde 20:00 a 4:00 horas, esto en salvaguarda de la vida y la integridad, de la libertad de todos los ciudadanos de Puno», anunció el premier Alberto Otárola.
En el marco de su comparecencia ante el Congreso para solicitar el voto de confianza a los altos funcionarios del Gabinete Ministerial, Otárola también informó que una Comisión del Gobierno se trasladó a Puno, al sureste del país, para intentar establecer el diálogo.
En tanto, se llevó media tonelada de insumos médicos a esta zona del país.
El epicentro de las movilizaciones e interrupciones de tránsito está en el departamento de Puno, pero también se registran acciones en Cusco, Arequipa, Apurímac y Madre de Dios, al sur del país; así como en Amazonas, al norte.
Con los 17 fallecimientos registrados el lunes en Puno, ascendió a 45 el número de fallecidos desde el inicio de las protestas en diciembre pasado, cuando fue vacado el presidente Pedro Castillo y luego encarcelado. Posteriormente, Boluarte, quien era la vicepresidenta, juramentó como mandataria hasta la celebración de elecciones, previstas para abril del 2024.
En el marco de su discurso ante el Congreso, Otárola habló sobre la «violencia irracional» que «obligó» al Gobierno a declarar el estado de emergencia nacional y a avalar la intervención de las Fuerzas Armadas en las labores de restablecimiento del orden.
«En los enfrentamientos no generados por la autoridad militar o policial, lamentablemente fallecieron 45 compatriotas», dijo Otárola.