El nuevo mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió este domingo la banda presidencial de manos de una representación diversa del pueblo del país ante la ausencia del ya exgobernante Jair Bolsonaro.
Según marca el protocolo, el presidente saliente es el encargado de pasar la banda a su sucesor, pero Bolsonaro, quien sigue sin reconocer su derrota en las urnas, decidió no participar en los actos de investidura y viajar a Estados Unidos sin previsión oficial de vuelta.
Lula, de 77 años, subió la rampa del Palacio de Planalto, en Brasilia, pero en lo más alto no esperaba Bolsonaro.
En su lugar, ascendió a la parte alta del palacio presidencial acompañado por un grupo de personas que «simbolizan la riqueza y la diversidad del pueblo brasileño», entre ellos, un niño, afrodescendientes, mujeres, personas con discapacidad y el conocido líder indígena Raoni Metuktire.
Bolsonaro, líder de la extrema derecha brasileña, se marchó del país el pasado viernes sin reconocer abiertamente su derrota en las elecciones de octubre y sin felicitar a Lula.
Desde la celebración de los comicios del 30 de octubre, que perdió en segunda vuelta por una ajustada diferencia de 1,8 puntos, el capitán retirado del Ejército se encerró en su residencia oficial, reduciendo al mínimo su presencia en actos públicos y su actividad en las redes sociales.
No obstante, antes de poner rumbo a EE.UU., se dirigió a sus acólitos en un directo en redes sociales en el que intentó desmarcarse de las protestas de cuño golpista que han tenido lugar en las puertas de cuarteles del país.
De hecho, la ceremonia de investidura se celebra bajo estrictas medidas de seguridad, por las amenazas de esos activistas del bolsonarismo más radical que exigían un golpe militar para mantener al líder de la ultraderecha en el poder y que causaron graves disturbios en vísperas de la investidura.
A continuación, el dirigente progresista pronunciará un discurso ante los miles de brasileños que se han congregado en la Explanada de los Ministerios para acompañar el regreso a su líder a la Presidencia, veinte años después de la primera vez.