Si alguna vez has mirado hacia el cielo nocturno y te has topado con una estrella fugaz conocerás esa sensación de asombro y fascinación. Y cuando nos paramos a fijarnos en la escala de nuestro universo y en la enorme diversidad de los objetos que hay en él, no podemos hacer otra cosa que sentir esa sensación de nuevo.
Este año pudimos ver algunos de esos objetos estelares con nuevos ojos. Las tecnologías de vanguardia, especialmente el nuevo Telescopio Espacial Webb, han revolucionado nuestra visión del cosmos y han permitido a los científicos mirar hacia atrás en el tiempo hacia algunas de las luces más tenues del universo.
Estas son algunas de las imágenes que captaron nuestra atención en 2022.
Estas dos imágenes de la Nebulosa del Anillo del Sur sacadas por el telescopio Webb revelan aspectos muy diferentes de la misma estructura. La nebulosa tiene unos 2.500 años y los científicos analizaron recientemente los datos del Webb para crear estas dos imágenes y descifrar las circunstancias que pueden haber dado lugar a este colorido óvalo celestial.
El Webb capturó una nueva imagen (derecha) de los Pilares de la Creación, unos zarcillos de gas y polvo en la Nebulosa del Águila que fueron fotografiados por el Telescopio Espacial Hubble (izquierda) en la década de 1990. La imagen del Webb revela detalles nunca antes vistos de la creación estelar de los pilares.
El Telescopio del Horizonte de Sucesos produjo este año una imagen del agujero negro que hay en el centro de nuestra galaxia, un agujero negro supermasivo llamado Sagitario A*. El anillo brillante que se ve alrededor del agujero negro es material sobrecalentado.
Dos de las galaxias vistas en una imagen de campo profundo sacada por el telescopio Webb eran extraordinariamente antiguas. Estas dos galaxias, resaltadas en la imagen de arriba, datan de solo unos pocos cientos de millones de años después del Big Bang (ya han pasado casi 14000 millones de años desde el comienzo del universo).
La nave espacial Juno de la NASA capturó esta imagen en septiembre de Europa, la luna de Júpiter. La sonda estaba a unas 352 kilómetros sobre la superficie de la luna, lo que la convierte en una de las vistas más íntimas que hemos tenido hasta ahora de esta misteriosa luna.
Aunque la naturaleza del Sol ya la conocemos, se trata de una esfera de gas muy caliente. La sonda Solar Orbiter de la NASA y de la ESA nos ha podido brindar las mejores instantáneas de nuestra estrella que hemos conseguido hasta el momento. La sonda incluso se sumergió en la corona solar, lo que lo convierte en el único objeto creado por el hombre que literalmente ha tocado una estrella.
El telescopio Webb (sí, aquí está de nuevo) capturó una imagen de Neptuno en septiembre. Sí, esta es una toma de Neptuno, no de Saturno, el planeta que solemos asociar con los anillos. Como puedes ver, Neptuno también tiene anillos, que hemos podido observar en relieve gracias a esta imagen infrarroja.
El Quinteto de Stephan es el grupo de cinco galaxias que puedes ver ahí arriba. En realidad, estas galaxias están a mucha distancia entre sí, pero a nuestros ojos parecen mucho más cercanas. Esta imagen del Webb es una imagen compuesta, por más de 150 millones de píxeles.
El telescopio Hubble capturó estas dos galaxias espirales a más de mil millones de años luz de la Tierra que parece que están chocando entre sí. En realidad, todo se trata de un efecto óptico, ya que solo se superponen visualmente.
La Nebulosa de la Tarántula es una telaraña de estrellas jóvenes en pleno desarrollo. Su nombre proviene de su parecido con la madriguera de una tarántula (muy reconfortante, lo sé). Se trata de la zona de creación de estrellas más grande de nuestro universo local (a unos 161.000 años luz de distancia) y fue fotografiado por… ¡El tescopio Webb!
Trata de no marearte mirando esta toma de la Galaxia Fantasma vista en longitudes de onda ópticas y del infrarrojo medio. La imagen se tomó con datos del Webb y el Hubble. La galaxia está a unos 32 millones de años luz de la Tierra y presenta nubes de gas, polvo y regiones de formación estelar.
Nunca has visto a Júpiter como lo consiguió fotografiar recientemente el telescopio Webb: en lugar de su tradicional color mármol, esta vez lo vemos de un color azul iridiscente. Si te fijas bien, también podrás ver los anillos de Júpiter.
Esta imagen se parece a cómo se vería el espacio si te pidiesen pintarlo con acuarela. El Webb ha conseguido fotografiar la galaxia Rueda de Carro (es fácil entender por qué se llama así) en medio de una ráfaga de otras fuentes de luz, en su mayoría galaxias, del universo distante.
La primera imagen de campo profundo del Webb capturó un cúmulo galáctico llamado SMACS 0723 que, gracias a la existencia de una lente gravitacional, magnifica las fuentes de luz distantes del universo primitivo. El Webb continuará utilizando las lentes gravitacionales en su beneficio para observar la luz más antigua del universo.
En esta imagen del Telescopio Espacial Webb se puede ver uno de los bordes de la Nebulosa de la Quilla. Bautizada como los Acantilados Cósmicos, esta estructura gigante se puede ver aquí en el espectro infrarrojo. Dentro de estos acantilados hay múltiples zonas de creación de estrellas, y en la distancia se ven otras fuentes de luz, estrellas y galaxias del universo distante.
Una fusión de galaxias vista por dos telescopios
Estas dos galaxias están en proceso de convertirse en una sola. Según la Agencia Espacial Europea, “Su colisión ha provocado una frenética oleada de formación de estrellas conocida como estallido estelar, creando nuevas estrellas a un ritmo veinte veces mayor que como sucede en la Vía Láctea”.
La actividad volcánica de Io
La luna Io de Júpiter está salpicada de manchas brillantes en esta imagen tomada por el Mapeador de Auroras Infrarrojo Joviano de la NASA. Los puntos brillantes son puntos volcánicos de la luna que alimentan las auroras de Júpiter.
Las hebras de la Vía Láctea
Una imagen de mosaico del radiotelescopio MeerKAT sudafricano reveló casi 1.000 hebras de partículas de rayos cósmicos de varios años luz de largo en el centro de la Vía Láctea. Estas hebras se conocen desde hace varias décadas, pero los investigadores no sabían que había tantas.
La estrella más antigua conocida
El punto rojo brillante al que señala la flecha es Earendel, una estrella de 13000 millones de años que los astrónomos descubrieron este año. Es la estrella más antigua conocida hasta la fecha y fue observada por el telescopio espacial Hubble.